# 210

 

 

el último Ñusléter

 


"Pero la vida que entiendo a través de los libros, es cada vez más solitaria. Tiene poco que ver con el paisaje de los medios de comunicación que constituye el presente de tantas otras personas. [...]
A lectores y escritores les une su necesidad de soledad, su búsqueda de sustancia en una época de evanescencia cada vez más mayor: en su repliegue hacia dentro, por vía de la letra impresa, en busca de una salida a la soledad. [...]
Hemos convenido en que la tecnología se ocupe de nosotros. La tecnología imita a la medicina, que cuando no cura trata de aliviar el sufrimiento lo más eficazmente posible."

Jonathan Franzen


"¿Dónde habrán ido, insólitos, a parar los mensajes
victoriosos o atroces que temblorosas manos
de mujeres perdidas o extranos pasajeros,
capitanes sin brújula y poetas malditos
lanzaron al azar de las ondas fugaces
desde islas sin nombre o viejos transatlánticos?
¿Cuál de ellos llegó a destino y en qué forma
cambió una vida, un mito, un país, el futuro?
¿Qué cifra misteriosa jamás fue comprendida?"

Raúl González Tuñón


Vea este número de Ñusléter según Ñusléter

 

ÍNDICE

 

PROSA | Las vacaciones del doctor Castagno | Alejandro Güerri |  

DEFINICIóN | Hablar | Humor |

FIGURITAS | Estrategias de búsqueda en Internet |
ENCUESTA
POEMAS |
La cultura de la fotocopiadora | Canillita | Nihilismo mágico | Fernando Aíta |
GRaFiTi  

CUALQUIERA| Generaciones post-alfabéticas | Franco Berardi (Bifo) |
RESPUESTAS | Familia |
ENLACES | GRaFiTi - escritos en la calle |
GRACIAS

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SERVICIOS | Comunicación textual
CONTACTO | niusleter@niusleter.com.ar | 

 

Ñusléter 24hs


 

PROSA

Las vacaciones del doctor Castagno


Acababa de atender a su último paciente.
Sentado en el sillón donde todos abrían la boca, el doctor Castagno se miró en el espejito con el que inspeccionaba dientes ajenos y se dijo:
-A partir de mañana, no voy a estar acá.
Su cara asintió pequeña.
Castagno apagó el reflector que estaba encima suyo y dio por terminado su momento. Se sacó el delantal y después, en el otro cuarto, miró la agenda del día siguiente como algo lejano, sin relación con el presente.
Antes de salir a la calle, desconectó todos los equipos y cerró con dos vueltas de llave.


En la casi noche, el hombrecito verde del semáforo le dio pie a cruzar y se sintió liberado, con un peso menos encima. Pensó que ahora era tiempo de dedicarse a algunas cosas pendientes, pero ¿cuáles? No había nada concreto que tuviera ganas de hacer y lo que no había encarado nunca, lo que siempre se prometía, le resultaba ajeno, de otro momento. Apenas si se abismó unos metros en la vereda y le temblaron las piernas cuando descubrió la libertad de la que gozaba. Algo parecido a cuando falleció su mujer, pero sin la culpa. Estaba excitado. De las vidrieras salían ráfagas de luz, las personas con las que se cruzaba despedían un aura de belleza y los árboles mecidos por un viento suave parecían vestidos. La idea se le presentó sin nubes: pasaría la noche en un hotel.


Dos horas más tarde, el doctor Castagno pidió comida a la habitación y una botella de champagne con dos copas. Sentado frente a la ventana hermética, contemplaba el movimiento decreciente de la ciudad, allá abajo, mientras alternaba un bocado de filet con un trago profundo. Servía y tomaba alternativamente un poco de cada copa. Qué distinta esta noche a las del último ano, pensó y una sonrisa le estiró los labios. No estaba acostumbrado a sonreír, tampoco a comer lejos del televisor y de la bandeja de plata sobre la falda. Cuánto más cómodo estaba el doctor Castagno sin sus cosas de todos los días, sin su cabeza trabajada por las obligaciones y el dolor.

Cuando apagó el velador, no pudo reprimir una carcajada al pensar que nadie en el mundo sospecharía jamás dónde había pasado esa noche.


¿Sos vos, Eduardo?

Nítida en la pesadilla, la voz de su mujer lo trajo con angustia a la realidad. Dónde estaba, qué hacía lejos de su casa. Saltó de la cama y volvió a mirar a la calle. Un taxi atravesaba la avenida como un murciélago. Dio vueltas por la habitación hasta que logró calmarse.
Tenía que cambiar su apariencia, olvidarse por un tiempo de sí y componer un papel nuevo. En un anotador con el logo del hotel, escribió:
"Nueva ropa.
Nuevo peinado.
Ideas nuevas."
Y también, en uno de los márgenes, en sentido horizontal:
"Planes inmediatos."


Eligió una peluquería de barrio, algo sofisticada pero económica, con un peluquero en apariencia heterosexual.
-Corto -dijo a través del espejo. -Muy corto.
-¿Quiere que le pase la máquina?
El doctor Castagno asintió con rudeza, para establecer el código. No había nadie más, excepto por la chica de camisa blanca que estaba detrás de la caja, limándose las unas. La música que salía de los parlantes le resultaba nueva, de una sensualidad desconocida. Mechones de pelos negros y blancos caían sobre sus hombros, como petróleo, como nieve. Sin la gomina de raya para el costado, la persona que empezaba a ver en el espejo le parecía más feroz, más contundente. Además, sabía que debajo de la bata verde y de la toalla blanca arrollada al cuello, tenía puesto un jean. No usaba uno desde los veinte años, cuando estudiaba Odontología y vivía solo, lejos de su pueblo, en el departamento que sus padres le habían alquilado.
Con los años, la profesión lo fue llevando a vestirse como un profesional y en su placard empezaron a menguar las camperas y las camisas de manga corta. Más de una vez, a las siete de la mañana, probó de ahorcarse un poco con la corbata para sentir lo que era la asfixia. Como su tolerancia era descomunal, empezó a tomarse el tiempo. Su récord fue un minuto y medio.
-¿Así está bien? -dijo el peluquero.
-Sí.
-Mari, ¿le lavás el cabello al señor?
El doctor Castagno metió la cabeza en una palangana con agua caliente, mientras Mari le mojaba el cuero cabelludo con un duchador y se lo masajeaba. La música, el agua, las manos. En el mismo momento en que Mari se retrajo y apagó la ducha, un juguito cálido atravesó el calzoncillo y le mojó el bolsillo izquierdo del jean. Después, la mujer lo secó con una toalla y desató el nudo de la bata.
-Qué linda remera -dijo.
-Gracias. La compré esta tarde.
Era una chomba color verde botella con un pingüino azul cosido en el pectoral izquierdo. Castagno se admiró en el espejo y salió a la calle.


Las vacaciones siguen acá
.

 


Alejandro Güerri
(Buenos Aires, 1976) publicó tres libros de poemas: Podemos llamarlo un día (2005), Hola, Harvey (2008) y Oriental (2010). Es uno de los editores de Ñusléter. También trabaja en creación de contenidos para otros y para sí. Este cuento es parte de un libro en preparación y acá está su sitio.

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 DEFINICIÓN 

HABLAR, v. i. Ser indiscreto sin ser tentado, a partir de un impulso sin propósito.

En Diccionario del Diablo, de Ambrose Bierce.


HUMOR:
El término humor se originó en el lenguaje empleado por la fisiología y la psicología del Renacimiento y significó inicialmente "fluido". Se creía que había cuatro fluidos principales que circulaban por el cuerpo humano: la sangre, la flema, la bilis (o cólera), la melancolía (o "humor negro"). Según cuál de éstos prevaleciera en cada individuo, se suponía que ello gravitaba directamente en los rasgos físicos y mentales y conformaba un temperamento típico, sea sanguíneo, flemático, bilioso o melancólico. Esta doctrina tuvo gran ascendiente en las concepciones renacentistas y se manifestó en la literatura de variadas formas: Robert Burton escribió una vasta, erudita y entretenida Anatomía de la melancolía; Ben Jonson elaboró una "comedia de humores" cuyos personajes tipificaban estas distintas formas de comportamiento; se sospecha que Shakespeare ilustró las cuatro variedades temperamentales en distintos caracteres de su obra dramática y se sostiene que Jaques, en Como gustéis, es un ejemplo de disposición melancólica. A partir del siglo XVIII, el término humor pasó a designar la vis cómica o disposición espontáneamente jocunda, por contraste con las actitudes corrosivas e irónicas que revelan una intención deliberadamente burlona y agresiva. Por consiguiente, la palabra humorismo designó la tesitura artística en la que prevalece un impulso hacia el regocijo originado en la evocación o descripción de situaciones que mueven a risa. La comicidad admite múltiples variedades, algunas de ellas cargadas de una trágica ironía o de esa fuerza corrosiva feroz que los surrealistas exaltaban en el humor negro.

En Conceptos de literatura moderna, de Jaime Rest.



ENCUESTA 

1- ¿Cuál es su medio de expresión favorito? ¿Por qué?

2- ¿Qué le gustaba y qué no de Ñusléter?

Mande a: www.niusleter.blogspot.com  

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POEMAS 

La cultura de la fotocopiadora

Trabajar, estudiar, militar
en el cuartucho de pósteres revolucionarios
y cajas de archivo con el conocimiento
que construyen los siglos y las cátedras
inculcan a futuros formadores.

Pescando retazos de frases
en copias mal sacadas,
mate y rocanrol y el sueño
de pasar por el haz de luz
unas tetas guevaristas.

A la mierda con el aura
en la era de la reproductibilidad.
Tiempo que corre el escaneo:
te cazan un libro y lo replican
de cabo a solapa, enchastrado de errores,
y te caen los ingresantes
a llorar por las erratas.
Yo no lo invento, lo copio.

¿Qué pasa con el signo de Saussure?
¿No te coincide la doble faz?
Mirá que sos formalista, che.
No hay apuntes de Didáctica:
son una manga de fachos;
preguntá en cooperadora.
Ni queda constancia de examen.
Compañeros, tengan conciencia
cuando pidan becas, hay
gente que necesita posta.

La línea luminosa te desborda,
y te achina más que el churro
que te ayuda en la merienda.
Venite temprano, carpeta, y te hago
cien volantes, pájaro en mano,
de onda para la fiesta,
antes que el posmodernismo
nos deje sin tóner. Chicos,
colaboren con monedas.

 

Intemperie

El canillita se refugia en su puesto,
su gorro y su bufanda.
Las lágrimas no son del frío.
Acaba de recibir noticias:
un mensajito de la novia.
Tenemos que hablar.

 

Nihilismo mágico

Nada por aquí.
Nada por allá.

 

Fernando Aíta (Buenos Aires, 1975). Es uno de los editores de Nusléter. Participa de varios proyectos: GRaFiTi, Adonde va la lluvia, Cámara Flashera, LosMalllevados... Publicó Épica chusma (2007), y participó en la Antología de Ensayos en Vivo Vol. 1. Estos poemas pertenecen al libro Lengua extranjera (inédito). Más datos en: www.fernandoaita.com.ar.

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GRaFiTi

"La rutina es el hábito de renunciar a pensar."
En Estados Unidos al 800 (San Telmo).

"La identidad es como el movimiento: se logra andando."
En Balcarce al 1200 (San Telmo).

Para ver fotos de graffiti, puede entrar acá. 

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FIGURITAS 

 

Estrategias de búsqueda en Internet

Algunos trucos nos permiten encontrar resultados más precisos:

1- Búsqueda de frases
Usar comillas ("...") en la búsqueda permite buscar frases exactas. Haga la prueba de buscar la misma frase entre comillas y fuera de ellas.
Aparte de las comilas se pueden agregar palabras clave fuera de ellas (ej: "fue sueno ayer, manana será tierra" Quevedo soneto)

2- Búsqueda comodín
Algunos motores permiten este tipo de búsqueda en las que un asterisco(*) reemplaza una palabra, letra o grupo de palabras que uno no recuerda. Esto puede generar ejemplos productivos de expresiones habituales.
Por ejemplo, tipear "para decirlo *" en Google da ejemplos de frases"para decirlo [en criollo / mal y rápido / en otras palabras, etc.]". Del mismo modo, "más * que un" da ejemplos de frases comparativas.

3- Acotar el campo de búsqueda
Para restringir la amplitud, en la parte de búsqueda avanzada, se puede elegir el idioma (o idiomas) para los resultados, y se puede acotar la búsqueda a sitios de determinados países (ej: .ar, .es, .uy, etc.).
También podemos enfocar los resultados por tipos de sitios (ej: noticias, http://news.google.com/; libros, http://books.google.com/; o blogs, http://blogsearch.google.com/).

 

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ENLACES 

~ GRaFiTi - escritos en la calle.
Fotos, mapas, comentarios de grafitis.
www.escritosenlacalle.com

 


 

CUALQUIERA

 

Generaciones post-alfabéticas

 

[...] Comenzamos a ver hoy los efectos que la mutación tecno-cognitiva produjo sobre dos generaciones sucesivas: la video-electrónica y la celular-conectiva.
La primera nace a fines de los años setenta cuando en el ambiente de la vida cotidiana se difunden los aparatos televisivos, conquistando un lugar central en la atención colectiva.
Marshall McLuhan habla sobre esto en su fundamental ensayo de 1964, Understanding media (Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del ser humano, Paidós, 1996. 4). McLuhan estudia el pasaje de la esfera alfabética a la esfera video-electrónica y concluye con una preciosa intuición: cuando a lo secuencial le sigue lo simultáneo, las capacidades de elaboración crítica son remplazadas por capacidades de elaboración mitológica. La facultad crítica presupone una estructuración particular del mensaje: la secuencialidad de la escritura, la lentitud de la lectura, la posibilidad de juzgar en secuencias el carácter de verdad y de falsedad de los enunciados. En esas condiciones era posible la discriminación crítica que caracterizó las formas culturales de la modernidad. Pero en la esfera de la comunicación video-electrónica la crítica ha sido progresivamente sustituida por una forma de pensamiento mitológico, y la capacidad de discriminar entre la verdad o falsedad de los enunciados se ha vuelto imposible e irrelevante.[...]
Con todo, a partir de los anos noventa se verifica incluso una mutación mucho más radical a partir de la difusión de las tecnologías digitales y la conformación de la red global. Los modos de funcionamiento de la mente humana se remodelan, ahora, según dispositivos técnico-cognitivos de tipo reticulares, celulares y conectivos.
Con la difusión capilar de terminales que vuelven posible la conexión con la info-esfera, el flujo de estímulos nerviosos que envuelve al organismo consciente de los niños se intensifica hasta estallar, y el tiempo de atención disponible es saturado. En la época celular-conectiva la mente infantil se forma en un ambiente mediático totalmente diferente respecto al de la humanidad moderna, y experimenta el tiempo según una modalidad fragmentaria y recombinante. Ya no contamos con flujos de tiempo continuo, sino con cápsulas de tiempo-atención. Conexiones puntuales, ámbitos operativos separados. La percepción de sí se transforma: el individuo vive su tiempo como un conjunto de células recombinantes.
El proceso de socialización se remodela sobre el plano cognitivo, perceptivo, psíquico.
La conjunción entre cuerpos físicos ásperos, polvorientos, estriados e imprevisibles es rápidamente sustituida por un régimen de conexión entre segmentos compatibles, lisos, depilados, abstractos. Recombinantes, modulares, predecibles.
El individuo se percibe como un conjunto de fragmentos tempo-informacionales disponibles para entrar en conexión.
Lo que cambia en el pasaje generacional post-alfabético no son los contenidos, los valores de referencia, las opciones políticas, sino el formato de la mente colectiva, el paradigma técnico de elaboraciones mentales: dos sucesivas configuraciones tecnológicas, primero la video-electrónica y luego la celular-conectiva, remodelan la info-esfera y modifican la mente colectiva.[...]
La creatividad es transformada en trabajo. Aumento de la productividad significa, por lo tanto, aceleración del ciclo info-nervioso.
La sociedad industrial construía máquinas de represión de la corporeidad y del deseo. La sociedad post-industrial funda su dinámica sobre la movilización constante del deseo. La libido ha sido puesta a trabajar.

 

Trabajo y deseo
En su libro más conocido Pierre Levy propone la noción de inteligencia colectiva. Pero la existencia social de los trabajadores cognitivos no se agota en la inteligencia: los cognitarios son también cuerpo, esto es, nervios que se tensan en el esfuerzo de atención constante, ojos que se fatigan en su estar fijos sobre una pantalla. La inteligencia colectiva no reduce ni resuelve la existencia social de los cuerpos que producen esta inteligencia.

¿Qué significa trabajar hoy? Tendencialmente el trabajo tiene una característica física uniforme: nos sentamos delante de una pantalla y movemos los dedos sobre un teclado, digitamos. Pero, al mismo tiempo, el trabajo es mucho más diferenciado cuando consideramos los contenidos que elabora. El arquitecto, el agente de viajes, el programador y el abogado realizan los mismos gestos físicos, pero no podrían de ninguna manera intercambiar sus trabajos porque cada uno de ellos desarrolla una tarea específica, local e intraducible para quien no está familiarizado con ese contenido complejo de conocimiento.

El trabajo industrial mecánico se caracterizaba por su sustancial intercambiabilidad y por su despersonalización. En consecuencia, era percibido como algo ajeno, un deber que se desarrolla sólo porque a cambio se obtiene un salario. El trabajo asalariado en relación de dependencia era pura prestación de tiempo.

Las tecnologías digitales abren una perspectiva completamente nueva para el trabajo. [...] El contenido del trabajo se mentaliza, pero al mismo tiempo los límites del trabajo productivo se vuelven inciertos. La misma noción de productividad se vuelve imprecisa: la relación entre tiempo y cantidad de valor producido se torna difícil de establecer, porque no todas las horas de un trabajador cognitivo son iguales en términos de productividad. [...]

Desde el punto de vista físico no hay diferencias entre un agente de viaje, un empleado de una petroquímica y un escritor de novelas policiales.

Pero, al mismo tiempo, el trabajo se vuelve parte de una actividad mental que elabora signos llenos de saber. [...]

El trabajo digitalizado manipula signos absolutamente abstractos, pero su funcionamiento recombinante es cada vez más específico, cada vez más personalizado y por lo tanto cada vez menos intercambiable. Por eso los empleados high tech (que crean o utilizan alta tecnología) tienden a considerar al trabajo como la parte más esencial de su vida, la más singular y personalizada.

Exactamente lo contrario de lo que le sucedía al obrero industrial, para quien las ocho horas de prestación asalariada eran una especie de muerte temporaria de la que se despertaba sólo cuando sonaba la sirena del fin de la jornada.

Esto vuelve al trabajador cognitivo enormemente más frágil. El semio-capital ha puesto el alma a trabajar.

 

Empresa y deseo

[...] A diferencia del obrero industrial, el trabajador cognitivo considera el trabajo como la parte más importante de su vida y no se opone, por lo mismo, al prolongamiento de la jornada laboral. Es más, tiende a prolongar el tiempo de trabajo por propia decisión y voluntad. Esto sucede por diversas razones. En las últimas décadas la comunidad social urbana perdió progresivamente interés y quedó reducida a un envoltorio muerto de relaciones sin humanidad y sin placer. La sensualidad y la convivencia han sido progresivamente transformadas en mecanismos estandarizados, homologados y mercantilizados, y el placer singular del cuerpo fue sustituido por la necesidad ansiógena de identidad. La calidad de la existencia resultó deteriorada desde el punto de la vista de lo afectivo y de lo psíquico a consecuencia del enrarecimiento del vínculo comunitario y de su esterilización securitaria, como muestra Mike Davis en libros como City of Quartz o Echology of Fear (Vintage, New York).
Parece que en las relaciones humanas, en la vida cotidiana y en la comunicación afectiva se encontrase menos placer y cada vez menos garantías. Una consecuencia de esta des-erotización de la vida cotidiana es la inversión de deseo en el trabajo, entendido como único lugar de confirmación narcisista para una individualidad habituada a concebir al otro según las reglas de la competencia, esto es, como un peligro, un empobrecimiento, una limitación más que como una experiencia placentera y enriquecedora. [...]

 

Franco Berardi (Bifo) en Generaciones post-alfabéticas (CEAL, 1982).

 

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RESPUESTAS 

¿Qué es una familia?

La Nu dijo...
Personas que están con otras provisoria o definitivamente porque se eligieron, más otras personas, en general de menor edad, que pueden estar o no y haber llegado biológica o adoptivamente o de hecho sin papeles, porque los eligieron o por accidente o por otras razones. Y todo lo anterior puede variar de diversas formas.
Como la receta de una torta. Cambia si la hace Dona Petrona, Narda, vos o tu tía.

Paola dijo...
Un puñado de amor, o un punetazo. Un espejo de nosotros mismos, o un espejismo. Un peor es nada, o un mejor que todo.

Hila dijo...
Vamos de la abuela
patines para no rayar el piso
la sonrisa de mamá
humo de pipa
vermouth
ruido de platos
porotos con perejil
fideos con estofado
queso y dulce
quiero retruco
sillas desordenadas
siesta
la prima que está buena

Más respuestas y preguntas en: www.niusleter.blogspot.com

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GRACIAS A TODAS/OS 

 

Querida/o,

¿cómo anda?

 

¿Sabe qué? Ñusléter, tal y como usted lo conoce, llega a su fin.

Es decir, su casilla dejará de recibir estos mensajes.

Todo lo que hay en el sitio queda a su disposición.
El buscador tienes sus limitaciones, pero hay tanto y todavía queda mucho por leer.

Ocho años de alegrías y otras cosas, de compartir lecturas, de trabajar de puro gusto, y una forma feliz de encarar la realidad desde la literatura.

 

Ahora, mutación.

Las/os invitamos a GRaFiTi, escritos en la calle.

Ahí nos vemos.

Que esté usted re bien.

Eternamente,

 

Ñusléter

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SUSCRIPCIONES 

Ya fue.

Si quiere recomendar Ñusléter, mándele el enlace a quien le guste: www.niusleter.com,ar

 

De paso, ya que está, ¿por qué no le recomienda GRaFiTi - www.escritosenlacalle.com

 

Muchas gracias, de corazón.


 

TODOS LOS NÚMEROS

 

Ñusléter se termina pero no se agota.
Acá tiene todas las ediciones para leer, releer y recomendar.
Que lo disfrute,

NUSLÉTER:

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