ñ u s l ~ é t e r
# 180
-infiel de literatura-
"El único medio de desembarazarse de una tentación es
caer en ella. Intenta resistirla y verás cómo tu alma aspira de manera enfermiza
a las cosas que se ha prohibido a sí misma."
Oscar Wilde
"Sólo cuando se está en posesión de la verdad se da uno
cuenta de lo deliciosa y preferible que era la mentira."
Jardiel Poncela
PROSA | Informe de Carlos | Rubem Fonseca |
DEFINICIÓN | Pata de lana |
TALLER LITERARIO | Cerrado por vacaciones |
CUALQUIERA
| El arte de amar
| Ovidio |
ETIMOLOGÍA | Fingir |
ENCUESTA
| Excusas |
ENLACES | Minicuentos
| Sopa
| Asesinos
|
SUSCRIPCIONES
CONTACTO | niusleter@niusleter.com.ar |
Informe de Carlos
Me gustaría ser fáctica y cronológicamente exacto. Pero, de algunas cosas ya no me acuerdo bien, parece que nunca ocurrieron, que fueron soñadas. Otras, sin embargo, me angustian, cuando pienso en ellas me duele aquí dentro, me siento infeliz como si todo fuese a ocurrir de nuevo.
Todo comenzó más o menos en la época en que a mi padre se lo estaba comiendo un
cáncer. Era un hombre flaco, que hablaba bajo y tenía una actitud ascética y
aséptica; y a quien las personas apenas podían aproximarse. (¿Sería una especie
de defensa? ¿la soberbia de los hombres débiles?) Me llamó al lecho del
hospital, eso después de mandar que todos salieran del cuarto y dijo: (su voz
era un hilo, un murmullo, el aliento empezaba a enfriarse y olía a cosa ya
muerta).
¿Cómo contar esa confidencia? ¿Por qué estoy contando todo
eso? Al fin de cuentas el nombre que tengo me vino de mi padre y sus últimos
momentos fueron tan cercanos a mí que no deja de ser una porquería que yo esté
diciendo aquí esas cosas de él. Pero es preciso. Él comenzó hablando de la
existencia de otra mujer. La charla llena de rodeos, metáforas, justificaciones,
y eso en boca de un hombre que moría y tenía muy poco tiempo, me parecía un
absurdo. “Sí, sí, ya lo sé, ya lo sé, ya lo sé”, lo apuraba, pues veía que le
aumentaba la palidez, adquiriendo un palor de perla vieja; pero ni aun así se
tornaba más breve; eufemístico, persistió en aquellos meandros perifrásicos
infinitos, hasta que reveló el nombre de la mujer y su dirección; yo ya sentía
que el fin era inmediato, cosa de segundos y me levanté para llamar a los otros,
cuando él hizo un gesto, que debió haberle costado mucho, para que me quedase:
tenía más cosas que decirme.
Lo que ya había sido dicho me había llenado de satisfacción.
Se estableció entre nosotros, dos extraños, algo en común, un lazo, además de
hacer que yo empezase súbitamente a respetarlo un poco: en su árida vida él
había tenido un secreto, había tenido un amor, al cual se había entregado.
También en mi oído y con más esfuerzo también, me habló de la
existencia de otra mujer.
¿Habría otras, además de esas dos? No sé. Murió antes de
poder contarme más cosas. Todavía tuve tiempo de llamar al cura y al resto de la
familia. Se fue acabando de a poco. Dejó de hablar y se quedó muy quieto, apenas
se percibía su respiración. Varias veces pareció haber muerto; y cuando eso
ocurría, las personas presentes lloraban con más vigor, hasta que el médico les
aseguraba que mi padre aún estaba vivo, y era entonces cuando el llanto paraba,
en diferentes etapas, de a uno por vez, como caballos de carrera cuya partida
hubiese sido anulada por el starter. Eso ocurrió repetidamente, hasta que
los parientes empezaron a mirar al moribundo con sospecha, con miedo de ser
engañados. Después de un largo y tenebroso silencio, mi padre abrió los ojos y
me miró. En verdad, abrió solamente un ojo, el izquierdo, que se volvió enorme,
como si hubiese incorporado el diámetro del vecino; con ese ojo ciclópeo me hizo
un doloroso llamado, un pedido, como quien dice, cumple tu misión; y en ese
momento, por el rabo de ese ojo insólito, se escurrió una lágrima, una sola, muy
brillante, que corrió rápida por el rostro y cayó en la sábana.
A veces me pongo a pensar si Norma se volverá igual a las dos
señoras cuyo cuidado se me había encargado. Dos ruinas que lloraron en mi
hombro: una era empleada pública, empleo conseguido por mi padre, la otra era
maestra de escuela primaria. Ninguna de ellas inteligente. Ambas jubiladas. Tal
vez hayan sido bonitas en la juventud, pero ya era tarde para saberlo.
No quiero presumir, pero en eso (y en otras cosas) superé a
mi padre, pues Norma no era una mujer cualquiera. Era una mujer diferente, como
veremos a continuación. Inteligente, bonita, pese a ser un poco dientuda, lo que
le daba, en los momentos en que le tenía rabia, un aire un tanto equino.
(Peleábamos mucho y en esas ocasiones ella tenía verdaderos accesos. Tiraba
objetos por la ventana, destruía cosas, decía palabrotas). Pero ella lo era todo
para mí, mi vida, mi verdad, mi biografía.
Aquel día Norma llegó y me dijo que mi mujer era fea y boba;
que no era mujer para mí, que era una burguesa (eso para Norma es una ofensa);
que ella, Norma, no quería continuar llevando conmigo esa vida clandestina. Todo
eso en un restaurante. (Poco antes de entrar en ese restaurante, a las dos de la
tarde, hora en que no hay más nadie, había verificado, solo, si no había algún
conocido; no había, pero aun así, elegí una mesa de costado, medio escondida.
Eso la irritó mucho). “Sos un canalla, un pusilánime, un tipo sin carácter, un
cobarde, un mentiroso.” Me mostró los dientes, esos dientazos enormes de
adelante que sobresalían. “Tenés cara de caballo”, le dije, desesperado. Lo que
hizo que se irritase aun más y me arrojase –plaft– a la cara un plato de
aceitunas y rabanitos. (Los mozos me limpiaron como si nada hubiese ocurrido y
trajeron otro plato de aceitunas y rabanitos –plaft– que ella me arrojó también
a la cara y eso habría continuado indefinidamente si el mozo, todavía con un
aire de que nada había ocurrido, no hubiera parado de traer aceitunas y
rabanitos. Esa es la ventaja de los restaurantes de clase: nada sorprende a los
mozos, a no ser una propina pequeña).
Le repetí que ella era mi vida, mi verdad, mi biografía,
etc., pero que ella necesitaba darme tiempo para que yo pudiese resolver mis
problemas.
“Voy para allá, voy para allá, a la casa de la nariguda de tu
mujer.”
(Lo que era una distorsión de los hechos, mi mujer no es
nariguda. A lo sumo, tiene la nariz curva de un pájaro; y los labios finos, de
una persona de emociones controladas: eso sí, algo que merecía crítica, pero
Norma insistía en lo de) “nariguda, nariguda, nariguda, nariguda, nariguda.” Tal
persistencia, al final, perdía sentido y adquiría un ritmo onomatopéyico de
estribillo musical. (Un caso patente de verbalización de una idea fija). Norma
sudaba, pálida, cansada. Le tomé la mano y dije: “te amo, sos mi vida, mi
verdad, mi biografía.” “Pff”, hizo ella, como quien dice –eso no sirve para
nada. Repetí: “sos mi vida, mi verdad, mi biografía.” Saqué del bolsillo unos
aros de platino y brillantes, por los cuales ella fingió no interesarse, después
de haberlos evaluado con una rápida mirada. Eso permitió que pudiéramos
almorzar, pero evidentemente no solucionó el problema, como veremos a
continuación.
[...]
Vea cómo le va a Carlos.
Este cuento de Rubem Fonseca está en el libro El collar del perro.
PATA DE LANA: En el norte argentino, es el nombre que se da al hombre que sigilosamente penetra en el dormitorio y posee a la mujer en ausencia (o inconsciencia) d el marido de aquella. En Jujuy se llama "pata´i lana" a todos aquellos que andan en amores con mujeres ajenas o que son proclives a la búsqueda de aventura con mujeres casadas.
Encuentros de leer y escribir.
Coordinan (pero después de las vacaciones):
Fernando Aíta
Alejandro Güerri
Taller por computadora: ya se viene.
Pregunte en: niusleter@niusleter.com.ar
El arte de amar (fragmentos)
Libro I
(...)
Ante todo, ten el firme
convencimiento de que todas las mujeres pueden ser conquistadas, y las
conquistarás con tal que tiendas las redes. Antes cesarán de cantar los pájaros
en primavera, en estío las cigarras y el perro del Ménalo huirá asustado de la
liebre, antes que una joven rechace las solícitas pretensiones de un joven.
Incluso aquella de la que puedas pensar que no quiere, querrá. El amor furtivo
agrada a la mujer tanto como al hombre. El hombre no sabe disimular; la mujer
encubre mejor sus deseos. Si cuadrara bien a los hombres no adelantarse en el
ruego, sería la mujer la que, vencida, adoptaría el papel de suplicante. En los
amenos prados la vaca llama con sus mugidos al toro y la yegua llama siempre al
cornípedo caballo. Entre nosotros la pasión amorosa es menos viva y no tan
violenta. La llama viril tiene un límite natural. (…)
Ánimo, y no dudes que saldrás vencedor en todos los combates;
entre mil apenas hallarás una que te resista; las que conceden y las que niegan
se regocijan lo mismo al ser rogadas, y dado que te equivoques, la repulsa no te
traerá ningún peligro. (…)
No se te ocurra rizarte los cabellos con hierro, ni pulir tus piernas con la
áspera piedra pómez. Deja estos afeminamientos para aquellos que ululando al
modo frigio, celebran a la diosa del monte Cibeles. Un aspecto desaliñado cuadre
bien a los hombres. (…) Preocúpate del aseo, aunque tu piel esté curtida por los
ejercicios del Campo de Marte. Lleva la toga airosamente y sin manchas. Ata bien
tu calzado; que tus dientes no estén sarrosos, que un mal corte de pelo no erice
ridículamente tu cabellera; que tus cabellos y tu barba sean cortados por una
mano experta. No te dejes las uñas largas y llévalas siempre limpias; no
permitas tampoco que te asome ni un solo pelo por las ventanas de la nariz. Que
tu boca no despida un fétido aliento, recordando el olor del macho cabrío. Todo
lo demás déjalo para las jóvenes lascivas o para el varón que busca torpemente
varón. (…)
Cuando las mesas se levantan y los convidados se retiran,
aprovecha las circunstancias del lugar y la confusión de la multitud para
aproximarte a ella; mézclate entre la turba, colócate sin sentir a su lado,
pásale el brazo por el talle y toca su pie con el tuyo. Esta es la ocasión de
abordarla; lejos de ti el agreste pudor; Venus y la Fortuna alientan siempre a
los audaces. No esperes que yo te dicte los preceptos de la elocuencia; rompe
atrevido el silencio, y las frases espontáneas y felices acudirán a tus labios.
Tienes que representar el papel de un amante y tus palabras han de quemar como
el fuego que te devora; te serán lícitos todos los argumentos para persuadirla
de tu pasión y serás creído sin dificultad. Cualquiera se juzga digna de ser
amada y aun la más fea da gran valor a sus atractivos; mil veces el que simula
el amor acaba por sentirlo de veras y termina por ser lo que al principio
fingía. ¡Oh jóvenes!, tened tolerancia con los que se aprestan a engañaros;
muchas veces un falso amor se convierte en verdadero. Esfuérzate por apoderarte
de su albedrío con discretas lisonjas, como el arroyo filtra sus claras ondas en
las riberas que lo dominan. Prodiga sin vacilación tus alabanzas a la belleza de
su rostro, a la profusión de sus cabellos, a sus finos dedos y su pie diminuto;
la mujer más casta se deleita cuando oye el elogio de su hermosura, y aun las
vírgenes inocentes dedican largas horas a realzar sus encantos. (…)
No seas tímido en prometer; las jóvenes claudican por las
promesas, y pon a los dioses que quieras como testigos de tu sinceridad. (…)
También son eficaces las lágrimas; con lágrimas ablandarás el
diamante. Procura, si puedes, que ella vea tus mejillas humedecidas. Si te
faltan las lágrimas (pues no siempre acuden en el momento oportuno) mójate los
ojos con la mano. ¿Qué hombre experimentado no mezclará los besos con las
tiernas palabras? Aunque ella no te los dé, tómalos sin su permiso. Quizá en un
principio se resista y te llame “insolente”; pero, aún resistiéndose, deseará
ser vencida. Procura tan sólo que los besos, brutalmente arrebatados, no dañen
sus delicados labios y que no pueda quejarse de tu rudeza. El que habiendo
robado besos no se apodera de lo demás, merece perder incluso lo que se le
concedió. Después de los besos, ¿qué falta para conseguir todos tus deseos?
¡Ay!, eso es simpleza, y no prudencia. Podríais llamarlo violencia, pero esa
violencia agrada a las mujeres. Lo que les agrada conceder, muchas veces desean
concederlo contra su voluntad. Cualquier mujer a quien se roba bruscamente y por
sorpresa un placer de Venus, se alegra y considera la insolencia como un
obsequio. Pero la que, habiendo podido ser forzada, se retira intacta, aunque
simule alegría en su rostro, estará triste. (…)
Presione sobre Ovidio y verá datos sobre su vida. También puede leer otro texto suyo en Ñusléter #14.
ETIMOLOGÍA
FINGIR, hacia 1440. Tomado del latín efingere 'heñir, amasar', ‘modelar', 'representar', 'inventar'. Del mismo origen es el popular heñir 'amasar', 1495.
DERIVADOS. Fingido. Fingimiento, 1495. Ficción, 1438, del latín fictio, -onis, ídem. Ficticio, principios del S. XVI. Finta 'amago de un golpe', 1732, del italiano finta ídem, propiamente femenino del participio de fingere. Efigie, hacia 1570, del latín effigies 'representación, imagen', derivado de effingere 'representar'.
Usted llega a cualquier hora de cualquier manera.
Su pareja lo recibe con esta frase: "Explicame ya qué pasó".
Invente una excusa verosímil pero original (en 100 palabras).
Envíe su excusa a: niusleter@niusleter.com.ar
"No es estrago, es homicidio." En Av. Rivadavia al 2100.
"Anarquía en la escuela". En Lavalleja entre Córdoba y Cabrera.
"Somos los hammers, el socotroco, todos de Ituzaingó." En Riobamba y Viamonte, vereda par.
"A la plaza no voy yo." Vereda impar, en Riobamba y Viamonte.
"Me cago en el consenso". En Lavalleja entre Honduras y Gorriti.
1 - Una película en 60 palabras
La Misión. ¡Siempre admirable!. Desde aquella frase del Padre
Inspector “La alegría de los humildes ofende a los que gobiernan” hasta la de
los aborígenes desterrados “Nos han enseñados la palabra de Díos, han cambiado
nuestras costumbres y ahora nos piden que volvamos al bosque donde vive el
Demonio”. Queda demostrado: Donde hay plata , importan un cuerno los seres
humanos y sus derechos.
Lalo Potemkim
PD: Lo siento son 64 palabras.
2 - Piense una palabra que le guste
ESATATU
AJARVES
FITRICODEN
CIERMULAGO
DARIOSICUD
Agua Fánica tonta
Fritanesas con papas mila
Remión cagador
Mas vale nurde que tanca......... y así se puede seguir con otras ridiculeces por el estilo.
M.A. (en respuesta a encuestas pasadas)
ALBEDRÍO
ALAS ALACENA ANDROIDE ANTEPASADO AZUCENA
CONVENTILLERÍO ESCALOFRÍOS CHUSMERÍO ESCONDRIJO BALDÍO
Un androide, antepasado de una azucena, esparció un chusmerío que aún causa
escalofríos. Fue desde aquel baldío, su escondrijo... vive en una alacena.
El chisme, cual conventillerío, fue diseminándose con alguna que otra
deformación.
La historia es simple: trata de hombres que nacen con alas en lugar de ojos.
Villaverde
Mariposa
Manantial
Mano
Mar
Mal
Mástil
Mimosa
Reposa
Estruendosa
Sopa
Chocha
Vuela
Errática
Frágil
Nube
Etérea
Mariposa: un manantial de sonidos leves que vuelan entre la bruma, frágil y
etérea de una selva, de ritmos verdes y superfluos. Errática memoria de la nube
que mimosa reposa sobre la sopa pantano, por entre la mano de árboles que con
estruendosa parsimonia se alzan. Y un mástil de luz colorea tu ala chocha, gotea
su mal que te descubre, en la misma nube que añora el mar.
Nilipe
~ Cuentos y más
Minicuentos, teoría, juegos, textos de lectores, entrevistas
http://www.cuentosymas.com.ar/
~ Los Asesinos Tímidos
Reseñas y entrevistas (en papel)
http://www.losasesinostimidos.blogspot.com/
~ Escupiendo la sopa
De Patricio Diego Suárez (cuentos y otros)
http://escupiendolasopa.blogspot.com/
~ Axxón
Ciencia fcción, fantasía y horror
http://axxon.com.ar/rev/175/axxon175.htm
Chevy Pérez
mei
Fede Güerri
Lalo Aíta
Patricio Suárez, Juan José Panno, Belén Andreozzi, María Vicens
Juan Carlos Diez y Silvana Boemo
Antonella Romiti
Sole Fernández Mouján y Casa Brandon
Jose Esses
Hernán La Greca
Federico Merea
Lauren Piégari
Analía Pascaner
Campa, Topo, Mancu.
Beatriz Mendoza
Mariana Pereiro
Ursula Derheer
Mariano Otero
Yani, Den y Tommy Impoco
Luillo
Pablo Ramos
Fran Rojas
Silvia Vega
Ensayos en Vivo
Gabriel Brener
Lautaro Lupi
Julián López
Oscar Ferrara
Don Genaro
A las personas que de buena fe
habilitan casa, deptos. y/o coartadas
A la sinceridad propia y ajena
Si desea recibir Ñusleter,
envíenos un mensaje con asunto "Yo También Quiero" a niusleter@niusleter.com.ar
Si no desea recibir Ñusleter,
envíenos un mensaje con asunto "Ya Estoy Harto" a niusleter@niusleter.com.ar
Chiste de yapa:
"Pata de lana"
Una mujer tiene un amante al que ve durante el día cuando su marido está trabajando.
Un día su hijo llega inesperadamente a la casa, entonces la mujer lo encierra en el armario. Al rato llega su marido, entonces encierra al amante en el mismo armario. El nene le dice al tipo:
- Está oscuro acá adentro.
- Sí.
- Yo tengo una pelota de béisbol.
- ¿Ah, sí?
- ¿La querés comprar?
- No, gracias.
- Mirá que mi papá está ahí afuera.
- OK. ¿Cuánto?
- $25.
Unas semanas más tarde vuelve a suceder la misma situación y quedan los dos encerrados
en el armario.
- Está oscuro acá adentro
- Sí.
- Yo tengo un guante de béisbol.
Recordando lo que había pasado la vez anterior, el hombre pregunta:
- OK. ¿Cuánto?
- $75.
- De acuerdo.
Unos días más tarde, el padre le dice al nene:
- Agarrá tu guante y tu pelota y vamos a jugar un rato al jardín.
- No puedo. Los vendí.
- ¿Cómo? ¿Y por cuánto los vendiste?
- $100.
- Eso está muy mal. Te aprovechaste de tus amigos vendiendo tus cosas a un precio muy superior al real. No está bien sacar ventaja de tus amigos. Voy a llevarte a la iglesia para que te confieses.
El padre lleva al nene a la iglesia. El nene se sienta en el confesionario, cierra la puerta y el cura le pregunta:
- Cuéntame, hijo mío.
- Está oscuro acá adentro.
- No empieces con esa mierda de nuevo.
ÑUSLETER las 24 hs en:
http://www.niusleter.com.ar