n r t
e ~ é
s u l
-mensaje despistado de vagabundeo literario-
# 163
"Dejaste la ciudad,
atravesaste el desierto,
cambiaste de nombre, de profesión,
aprendiste a firmar
en
un lenguaje extraño ¿Y para qué? (...)"
Fabián
Casas
PROSA | El viajero | Juan José Saer |
ÑUSLETER
en VIVO
| Pasaje |
ENCUESTA
DEFINICIÓN | Raje |
POEMAS | El
viajero |
Wynstan Hugh Auden
|
GRAFFITTI
AGRADECIMIENTOS
ENLACES | Poemas
| Poemas | más Poemas
|
RESPUESTAS
SUSCRIPCIONES
CONTACTO | niusleter@niusleter.com.ar |
El viajero (completo)
Rompió
el reloj el vidrio que protegía
el gran cuadrante en el que los números romanos terminaban en unas filigranas
prolijas
delicadas
lo
diseminó sobre el montón de ceniza húmeda que dos noches atrás había sido
la hoguera temblorosa que él mismo había encendido
Estuvo
acuclillado un momento
entregado al trabajo pueril de espolvorear de vidrio la masa grisácea y
pegoteada de la ceniza después
se paró y miró a su alrededor
La
llovizna seguía
impalpable lenta
adensándose
pareciéndose más y más a la niebla a medida que se alejaba hacia el
gran horizonte circular
Su
cara permaneció más dura y más tranquila que si la hubiese alzado para mirar
la hora en el Big Ben
Estaba
tan acostumbrado a esa llanura que parecía retroceder a medida que él avanzaba
que sentía por momentos la ilusión de no progresar
se había familiarizado tanto con ella y al mismo tiempo se concebía a sí
mismo como un hombre tan resignado y gentil
que el hecho de vagabundear por ella desde hacía cinco días su
caballo había tropezado en un agujero
se había quebrado la pata delantera
el hecho de dar vueltas en redondo sin poder encontrar un punto de
referencia
un rancho un árbol
ni la posibilidad de guiarse por
las estrellas porque apenas si había dejado de lloviznar unas horas en cinco días
y en todo caso en ningún momento el cielo se había despejado
el hecho de estar perdido en la llanura
sin nada con qué alimentarse sin hablar otra cosa que inglés sin haber
visto nada viviente como no hubiesen sido unos pájaros
negros
rígidos altos
en el cielo
que emigraban no
parecían producir en él ningún sentimiento
la comprobación serena
la desesperación fría
la perplejidad
Un
momento antes de romper el reloj la perplejidad creció un poco
descubrir que después de caminar dos días parándose únicamente de tanto en
tanto para jadear más cómodo
se llegaba otra
vez al punto en que la tregua de la llovizna había permitido encender una
hoguera débil con la esperanza de que alguien divisase su resplandor
la perplejidad creció un poco instalándose en su cara bajo la forma de
una semisonrisa
Nadie
había divisado nada
ni la hoguera que había encendido ni las otras hogueras
la cara rojiza las ojeras azuladas
los cabellos color zanahoria rodeando la gran frente y la coronilla calva
el agua implacable las hace relucir
Está
otra vez en el punto de la hoguera
sacó el reloj de su bolsillo
lo rompió diseminó los pedacitos de vidrio sobre la ceniza
acuclillado
Se
paró y miró el horizonte
el pajonal no sabía
que se llamaba así
se extendía hasta el horizonte
gris parejo
monótono
Le
llegaba a la altura de las caderas
A
veces entre las matas había claros estrechos
estrictos
un hombre podía tenderse y desaparecer
había que estar ahí para saber que existían
Cuando
avanzaba las hojas filosas se abrían chasqueando
se cerraban por detrás
se paraba
se daba vuelta
ni rastro de su paso
estaba dado vuelta
no notaba ninguna diferencia
ninguna
su lengua su recuerdo decían me he dado vuelta
me he dado vuelta no estuve todo el tiempo mirando en esta dirección
No
se percibe la más mínima diferencia
Es
exactamente igual
la lluvia más transparente o más densa ya está más lejos o más cerca
del horizonte
el cielo gris
bajo el
pajonal no sabía que se llamaba así
hasta el horizonte
gris parejo monótono
Razonable
y gentil acepto
me he dado vuelta
estoy en otra dirección
ahora giro otra vez
estoy de nuevo en la antigua
yo creo
persevero
Jeremy Blackwood en nombre de la Compañía establece los puntos
cardinales
encontrará el saladero
Miró
el montón de ceniza
el reloj roto
diseminado
siguió caminando
Anduvo
un tiempo incalculable
negrura más pareja todavía que el pajonal más densa que la llovizna
chasquido de las hojas flexibles
se hundía hasta las caderas
sonaba y resonaba en la mente en el recuerdo
durante
horas
incluso y más si se paraba un momento
no dejó grieta
el silencio no se pudo colar
Un
chasquido seco terminando en una especie de deslizamiento
al volver hacia atrás las hojas desplegaban
ese sonido
y lo hacían cimbreante
y resonante
Amaneció
Todo
sigue ahí
idéntico
férreo implacable
la llovizna el cielo el horizonte el pajonal
Sé
que avancé la Compañía desde
Londres
sabe que caminé que avancé
veo en el alba
un punto
idéntico a los otros
un punto idéntico
no el mismo estoy
seguro
es mi propia palabra contra los pajonales el cielo el horizonte la
llovizna
Jadea
Está
todo mojado el
sacón de cuero retorcido
pegoteado al cuerpo el
agua
chorrea
por la cara
los cabellos rojos color zanahoria oscurecidos
llameantes
Caminó
todo el día voy
a parar cuando el agua pare parándose
únicamente para jadear
llegó la noche y la
llovizna
Paró
Se
dejó caer hacia adelante
sobre los pajonales que se abrieron y se cerraron como un látigo
Quedó
dormido
inmóvil
Al
alba únicamente el sueño se desplegó
un abanico
fosforescente
vio Londres flotando
iluminada
como una catedral transparente
Londres
ladrillos rojos el ruido de los
coches de los caballos resonando sobre el empedrado gritos
de comadres de ventana a ventana
mercados pirámides
truncas de tomates
pescados blandos blancos abiertos como en los mostradores de las pescaderías
reses rojas
mujeres
cangrejos todavía
vivos arrastrándose
impúdicas descuartizadas
prostitutas mostrando sus senos manchados de pecas
chicos corriendo entre los vendedores ambulantes
la música
de las tabernas y de los mendigos ciegos elevándose por encima de la
muchedumbre
Se
despertó inmóvil
la cara aplastada contra los pajonales se movió un poco
los oídos todavía
cerrados
la sonrisa deshecha por la
posición y por el estremecimiento
Llegaré
al saladero porque la Compañía me eligió
digno honrado predestinado
Jeremy Blackwood pelirrojo y gentil con la razón y la memoria de su
parte para
vencer
la tentación de lo idéntico
de lo inmóvil
Bendita
sea Londres
Bendita
sea la muchedumbre que camina por sus veredas benévolas
Bendita
sea la luz que sale por las ventanas de sus casas
Benditos
sean el ruido y el color de las ciudades
Jeremy
se sentó despacio
se
quedó un momento con los ojos abiertos
orgullosos
Baja
la cabeza y ve otra vez
el montón de ceniza negruzco
los fragmentos de vidrio diseminados
el
reloj roto abierto el
gran cuadrante circular en que los números romanos terminan en unas filigranas
prolijas
delicadas
Gloria
A
los viajeros ingleses y sobre todo
Gloria
A
Jeremías Blackwood que no dejó ni rastro de su viaje
De Juan José Saer puede
encontrar datos y un cuento en: Niusleter
#1 -mensaje periódico de divulgación literaria-
¿Cuál fue su viaje en micro, tren, barco o avión más intenso? ¿Por qué?
¿Alguna vez hizo dedo? Y, ¿qué onda?
Envíe sus respuestas a: niusleter@niusleter.com.ar
RAJE:
masc. coloq. Huida precipitada de un lugar. Usado más en la frase tomarse
el raje.
J. Carnevale, Impostergable, 1971, 66: Si optó por
un ladino raje siguiendo la ruta de Ricardo, y sin asomo de piedad para el que
solitario se consume, [.,.] cabría intentar también una escapada fugaz en
dirección al chalet.
DAR EL RAJE: frase coloquial. Despedir o expulsar a alguien.
O. Soriano, Cuarteles, 1983, 175: –No me haga
eso, no –dijo y se me acercó, amenazante. –¿Qué quiere?
¿Qué le dé el raje? –dijo entre dientes.
En el Diccionario del habla de los argentinos.
-El otro día fui a buscar unas fotos al centro, al estudio de un amigo. Nos colgamos charlando, se hicieron las seis. Voy a tomar el subte D a Tribunales y era un desconche. Pasaron dos trenes desbordados y en el tercero me pude mandar. Atrás mío, clavadas en la espalda, dos tetas de piedra. Se cierran las puertas, y arranca; nadie se podía mover, parecía un recital, pero todos con auriculares. En los homóplatos sentía los globos, hasta Facultad de Medicina. Ahí pude girar un poco: era mi maestra de primer grado...
Viajes de placer.
Taller Literario. Encuentros de leer y escribir.
Coordinan: Fernando Aíta y Alejandro Güerri
Para más información:
O bien:
niusleter@niusleter.com.ar
(Asunto: Taller literario).
El
viajero
El destino es oscuro y más hondo que un abismo oceánico,
cae
sobre el hombre
en primavera, brotan flores que añoran el día,
se
desliza la avalancha, blanca nieve de la cara de la roca,
y debe abandonar su casa;
no hay una mano suave como nube capaz de detenerlo, contención de
mujer,
sino que el hombre siempre pasa
junto
a los guardianes de lugares, a través de árboles de bosque,
un extraño entre extraños sobre el mar inagotable,
casas para peces, agua sofocante,
o solitario en páramos como pájaro,
junto a arroyos cavernosos,
ave que ronda la roca, ave inquieta.
Cae
la cabeza, fatigado en la tarde,
y los sueños del hogar,
la mano que saluda desde la ventana, el festín de bienvenida,
el beso de la esposa bajo la sola sábana;
pero al despertar
ve bandadas de pájaros que no tienen nombre, en la puerta las voces
de hombres nuevos con otra forma de amar.
Salvenlo de la captura hostil,
del salto del tigre repentino en la esquina;
protejan su casa,
su ansiosa casa donde se cuentan los días,
protegerlo del rayo,
de la ruina gradual que se extiende como mancha,
con conviertir el número impreciso en cierto,
llevenle la alegría, llevenle el día del regreso,
propicio con la llegada del día y el alba inclinada.
Algo
más de y sobre Wystan
Hugh Auden en:
Niusleter
#3 -masaje periódico de tocador-
Fede Güerri, feliz cumple
mei
Laura y Patricio
Mariano Carrara
Julia y Alberto
Campa
Mariano Valcarce
Daniel Liñares
Nahuel Valcarce
Pablo y Tálata
Francisco
Garamona
Herni La Greca
Darío Cánovas, feliz
Chascomús 2006
Fabián Rodríguez
Turco Etala
Gonzalo Cazas
Mauro Oliver
Noelia y Noemí
Alejandro Mendez
María Victoria Dentice
Nicolás Garbarz
A las personas que viajan
A los maestros que tiran buenas
"Niestszche: entregá al superhombre!". En D. J. Jackson entre Rodó y Chaná (Montevideo).
"Esto no se ve. Esto se siente". En Teodoro García al 3200 (Colegiales)
"¿Te acordás de mí?
Soy la que te adoraba.
Flopy 06". Leído en Garmendia y San
Juan (9 de Julio, Prov. Bs. As.).
¿Qué fue lo mejor y lo peor que le dejaron
los dueños/inquilinos que ocuparon la casa antes que usted?
Lo mejor: una caja con venecitas para reponer los azulejitos que empecinadamente
se despegan del piso, una y otra vez
Lo peor: ese puto piso de venecitas que se desintegra a cada paso y ya puso a
prueba todos los pegamentos conocidos del mercado
Juana
No dejaron nada, nada.
Apenas la soga, de colgar la ropa, que fue en el apuro lo que se olvidaron.
También, irse justo un 31...
Osvaldo
Cuando me di cuenta, el vacío estaba ahí. . . no tuve tiempo de pensar en la hu-i-da
que fornicaría con mi corazoncito libre de perdidas cerebro/emocionales, la
obsoleta vieja Petra se habia ido y su m u e r t e se coló en el sudor y salitre
de la amargura en las paredes. ¿Que fue lo mejor?, sentirme "encasado", dejar el
"arrimato" y tener una casa heredada, aunque se me escurrió la pena y . . . y de
bueno no tuvo nada, la paradoja me hizo morir de la risa durante su funeral. Si
me conoció irreverente. . . ¡que se beba la humedad de mi risa!.
Die mtz.
recuerdo unas vacaciones en san bernardo. habíamos alquilado una casita a unas
cuadras de la playa. cuando llegamos nos encontramos con mugre de todos los
colores perteneciente a los inquilinos anteriores. aunque claramente el color
que más recuerdo es el blanco, el blanco pelo, el blanco pelo de perro, el
blanco pelo de perro hasta adentro de la heladera!
también recuerdo a mi madre llorando y llorando, lavandina y trapo en mano.
no sé por qué algo me hace parar y respirar profundo en este momento.
quizás imágenes raras de ese verano en que alquilamos la casita en san
bernardo...mi hermana a punto de ahogarse tomando el té, monzón tirando pela
chanela a sua mulher, después olmedo cayéndose y crónica informando la
noticia...
anía
No solo dejaron un espacio para el desarrollo de mi vida y la de mi familia,
dejaron una vía llena de energía en el que a través de ella conocí a quienes me
regalaron un pedacito grande de su corazón, de esperanza y de reconocimiento a
su persona con una forma hermosa de ser cada una de ellas.
En los 21 años que llevo viviendo en este hogar y en este otro hogar, me
atrevo a decir que no cada persona entra a mi vida por entrar, todos tenemos
propósitos en esta vida, fines en común destinados o no destinados; a quienes me
dejaron este espacio de crecimiento, desconozco la causa o situación por la que
lo hicieron, pero pienso que lo hicieron a su conveniencia sin que ellos, mi
familia, los que me rodean y yo saliéramos perdiendo, por que inconcientemente
así fue.
Deseo con la intensidad de la mas sincera nobleza que me rodea; que en un futuro
lejano o no, el próximo que ocupe este espacio disfrute todo aquello que
disfrute aquí, con todo y con todos.
Marco Antonio Sánchez Rodríguez
Después de pasar 5 horas pensando, divagando, revisando, evaluando, imaginando y
todo lo ke termine en "ando"; no encuentro ke es lo mejor ke nos dejaron, ya ke
NO se han ido... VIVEN ARRIBA!!! (esto responde a: "que fue lo peor ke nos
dejaron")
Sergio
Ante todo mucha suciedad, repito mucha suciedad.
Detalle positivo, en los armarios del garage, cantidades astronómicas de latas
de conserva, jabón para máquina lavarropa y cientos de diarios con
fecha de más de 5 años atras.
Lo demas desorden pero nada del otro mundo.
Prometo dejar todo arreglado dentro de un año cuando termine el contrato.
Beto (Israel)
Lo mejor: La cama
Lo peor: La cama
Lucas Aguilar
Me dejaron, a saber:
1) Una quemadura de plancha en el medio de la habitación (explíquenme por favor
para qué diablos alguien plancha en el piso de una habituación, arriba de una
alfombra!?!?!?!).
2) Mugre... mucha, mucha, mucha mugre.
3) Macetas. Ya sé que no tiene sentido pero me dejaron como una docena de
macetas de plástico vacías.
4) Un envase de tetra brick de vino escondido detras del pie del lavabo (lo
encontré a los cinco años de estar viviendo ahí!!!)
Roberto López
La casa en que vivo por las noches tiene miles de habitaciones que se comunican
unas con otras hasta que derepente ya no es la misma casa, sino que fui pasando
por los fondos a las casas vecinas, cosa que me da mucho miedo. No sabría como
explicar mi presencia. Pero creo que mas me angustia encontrar lo que busco. Por
suerte, siempre pasa, que me pisa una tropilla de caballos blancos, y me
despierto sobresaltado.
Marcelo Daniel
Blog de nueva poesía paraguaya
Blog de nueva poesía brasileña
Viajes a domicilio:
suscríbase gratis sin moverse de la pantalla.
Si desea recibir Ñusleter,
envíenos un mensaje con asunto "Yo También Quiero" a niusleter@niusleter.com.ar
Si no desea recibir Ñusleter,
envíenos un mensaje con asunto "Ya Estoy Harto" a niusleter@niusleter.com.ar
ÑUSLETER las 24 hs en:
http://www.niusleter.com.ar