Ñ u s l e t e r



#3
 

-masaje periódico de tocador-

 

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"¿Por qué un balde de agua se vuelve pútrido tan de prisa, mientras que, helado, se conserva en perfectas condiciones indefinidamente? Comúnmente se dice que ahí reside la diferencia entre los sentimientos y la inteligencia". Henry David Thoreau


ÍNDICE

POEMAS | Espejo | Historia de una tina | Sylvia Plath |
ETIMOLOGÍA
| Dicha | 
PROSA
| El pozo de Narciso | Wystan H. Auden |
FIGURITAS
| Aliteración | Onomatopeya | 
TALLER LITERARIO
MUSEOS
SUSCRIPCIONES
DEFINICIÓN
| Quemo | 
ENLACES
| CIA | Música | Poesía | 
AGRADECIMIENTOS


POEMAS

Espejo

Soy plateado y exacto. No tengo preconceptos.
Lo que quiera que veo lo trago de inmediato
justo como es, no empañado por amor o desagrado.
No soy cruel, sólo veraz--
El ojo de un pequeño dios, de cuatro esquinas.
Lo más del tiempo medito sobre la pared opuesta.
Es rosa, con manchas. La he mirado tanto
que pienso es una parte de mi corazón. Pero vacila.
Rostros y oscuridad nos separan una vez y otra.

Ahora soy un lago. Una mujer se inclina sobre mí,
buscando mis alcances por lo que ella es realmente.
Luego se vuelve a esas mentirosas, las velas o la luna.
Veo su espalda, y la reflejo fielmente.
Me recompensa con lágrimas y una agitación de manos.
Soy importante para ella. Viene y va.
Cada mañana es su cara que reemplaza a la oscuridad.
En mí ella ha ahogado una niña, y en mí una vieja
se levanta hacia ella día tras día, como un pez terrible.


Historia de una tina

La cámara fotográfica del ojo
registra paredes pintadas, despojadas, mientras una lamparita
deja los nervios de cromo de la plomería al desnudo;
tal pobreza asalta al ego; atrapado
sin ropas en el cuarto meramente real,
el extraño en el espejo del lavatorio
se pone una sonrisa pública, repite nuestro nombre
pero escrupulosamente refleja el terror usual.

¿Cuán culpables somos cuando el cielorraso
no revela grietas que puedan ser interpretadas? ¿cuando la pileta
insiste en que no tiene más vocación sagrada
que la ablución física, y la toalla
secamente niega que fieros rostros de duendes se agazapan
en sus pliegues explícitos? ¿o cuando la ventana,
ciega de vapor, no admitirá la oscuridad
que envuelve nuestras expectativas en ambigua sombra?

Hace veinte años, la tina familiar
criaba un amplio manojo de presagios; pero ahora
las canillas no engendran peligro; cada cangrejo
y pulpo -escarbando justo fuera de vista,
aguardando algún quiebre accidental
en el ritual, para golpear- se ha ido definitivamente;
el auténtico mar los niega y arrancará
carne fantástica hasta el puro hueso.

Nos zambullimos; bajo agua nuestros miembros
vacilan, débilmente verdes, estremeciéndose fuera
del genuino color de la piel; ¿pueden nuestros sueños
alguna vez difuminar las líneas intransigentes que dibujan
la forma que nos encierra? el hecho absoluto
se impone aún cuando el ojo asqueado
está cerrado; la tina existe tras nuestra espalda;
sus superficies brillantes son en blanco y verdaderas.

Pero siempre los ridículos flancos desnudos urgen
la confección de alguna tela para cubrir
tal austeridad; la certeza no debe acechar libre:
cada día demanda que creemos de vuelta nuestro mundo entero,
disfrazando el horror constante en un saco
de ficciones multicolores; enmascaramos nuestro pasado
en el verde del edén, pretendemos que el brillante fruto del futuro
pueda brotar del ombligo de este presente desperdicio.
En esta tina particular, dos rodillas emergen
como icebergs, mientras diminutos cabellos castaños se erizan
sobre brazos y piernas en una orla de alga; el jabón verde
navega el chapoteo de la marea
de mares que rompen en playas legendarias; en la fe
abordaremos nuestro barco imaginado y salvajemente zarparemos
entre islas sagradas de la locura hasta que la muerte
estalle las fabulosas estrellas y nos haga reales.


Sylvia Plath nació en Estados Unidos en 1932. Razones extraliterarias, como el matrimonio tormentoso con el poeta inglés Ted Hughes y su suicidio en Londres (1963), le valieron una fama que, de todos modos, su poesía merecía. En vida, publicó el poemario The Colussus (1960) y la novela, La campana de cristal (1963). En forma póstuma, se dieron a conocer sus libros de poemas Ariel (1965), que la ubica en el grupo de los poetas confesionales, Winter Trees (1971) y Crossing the Water (1971); un libro de cuentos, Johnny Panic and The Bible of Dreams (1979); las Cartas a mi madre (1975) y sus Diarios (1982). Dejó dos hijos y páginas memorables.

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ETIMOLOGÍA

DICHA: 'suerte feliz', 1335; primitivamente significó 'destino, sino', en general. Del latín DICTA 'cosas dichas', al cual en el lenguaje vulgar se transmitió el sentido de FATUM 'hado', propiamente participio de FARI 'decir, hablar', pero empleado con el sentido de 'suerte, destino', por la creencia de que la suerte individual se debía a unas palabras que pronunciaban los dioses o las Parcas al nacer el niño.

DERIV. Dichoso, Desdichado, 1490. Desdicha, 1505.


PROSA

El Pozo de Narciso (fragmentos)

    Todo hombre carga de por vida un espejo, único e inseparable como su sombra. Casi todos o quizás todos nuestros espejos son inexactos o no nos favorecen, aunque en distintas formas e intensidades. Unos magnifican, otros disminuyen, y otros devuelven imágenes lúgubres, cómicas, burlonas o aterradoras.
    Pero las propiedades de nuestro propio espejo no son tan importantes como a veces desearíamos considerarlas. No seremos juzgados por el espejo que usemos sino por el uso que le hayamos dado, por la repuesta a nuestro reflejo.

    Narciso no se enamora de su reflejo porque sea bello sino porque es suyo. Si fuera su belleza la que lo hechiza, se vería libre en unos cuantos años, al perderla.

    Lo absolutamente banal: la percepción de mi propia singularidad. Es extraño que uno la valore más que cualquiera de las excitantes experiencias, emociones e ideas que vienen y van, dejándola inmutada e inmutable.

    Uno puede imaginarse a sí mismo rico desde la pobreza, hermoso desde la fealdad, generoso desde la tacañería, etc., pero es imposible que uno se imagine a sí mismo como más o menos imaginativo de lo que en realidad es. Un hombre cuyos pensamientos fuesen siempre lugares comunes jamás lo descubriría.

    Cuando considero a otro, puedo concebir fácilmente que su cuerpo expresa su personalidad, y que ambas partes son inseparables. Pero en mi caso es imposible no sentir que mi cuerpo es otro diferente a mí que habito como una casa, y que mi rostro es una máscara que oculta al resto de las personas, con o sin mi consentimiento, mi verdadera naturaleza.

    La imagen de mí mismo que intento crear en mi propia mente para poder amarme, es muy distinta de la imagen que busco crear en la mente de los otros para que me amen.

    Al hablar con otra persona, se tiene más consciencia del interlocutor como oyente que del yo como oyente. Pero en el momento de escribir algo, aunque sea una nota para pasar por abajo de la mesa, somos más conscientes de nuestra propia lectura que de la del destinatario. De allí que al escribir no podamos ser tan falsos como al hablar, ni tan sinceros. La palabra escrita no puede ocultar ni revelar tanto como la palabra hablada.

    Es imposible aproximarse a un espejo conscientemente sin componer o "hacer" una cara especial, y es raro que nos reconozcamos en un reflejo que nos tome desprevenidos. No puedo leer mi rostro en el espejo porque resulta obvio para mí mismo.

    Dejamos de ser niños cuando comprendemos que contar nuestras penurias no las soluciona (Cesare Pavese). Exactamente. Ni siquiera relatándoselas a uno mismo. La mayoría de nosotros hemos pasado por situaciones vergonzosas en las que hemos berreado, golpeado la pared con el puño, maldecido el poder que nos trajo al mundo, y deseado estar muertos o que otro lo estuviese. Pero en tales situaciones el Yo del que sufre debería tener el tacto y la decencia de mirar para otro lado.

    Presa del pánico, el hombre corre en círculos en torno a sí mismo. Presa del júbilo, el mismo hombre liga sus manos a las de otros y danza con ellos en círculo.

    Juego de salón para una tarde lluviosa: imaginar los espejos de los amigos. A tiene uno de cuerpo entero, áureo y barroco. B un discreto espejito de bolsillo en un estuche de cuero de chancho con sus iniciales estampadas al dorso. Y cuando lo observamos, C siempre está arrojando su espejo; pero si hurgamos en su bolsillo o su manga descubrimos otro, como un as escondido.


Wystan Hugh Auden (Inglaterra, 1907; Italia, 1973) es uno de los poetas fundamentales del siglo pasado en lengua inglesa, aunque también escribió obras de teatro, libretos de ópera, crítica literaria y ensayos. Estos últimos fueron compilados en dos volúmenes El mundo de Shakespeare y La mano del teñidor, del cual se tomaron los párrafos anteriores. Entre su obra poética se destacan: Look, stranger (1936), The Age of Anxiety (1947), The Shield of Achilles (1947) y, en castellano, W.H. Auden: Los primeros años (1994).

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FIGURITAS

ALITERACIÓN: Repetición de un sonido o una serie de sonidos, acústicamente semejantes, en una palabra o en un enunciado, usado especialmente en el lenguaje poético.

"Tres tristes tigres"
"Veni, vidi, vici." (Julio Cesar)
"El ala aleve de su leve abanico" (Rubén Darío).

ONOMATOPEYA o SIMBOLISMO FÓNICO: Aliteración que reproduce algún sonido de la vida "real", y estrecha sonido y sentido.

"El sonoro rodar de la roldana"
"En el silencio sólo se escuchaba / un susurro de abejas que sonaba" (Garcilaso).


TALLER LITERARIO

Encuentros semanales de lectura y escritura. 

Coordinan: Alejandro Güerri - Fernando Aíta.

Algunos motivos para asistir, o no, a los talleres: http://www.niusleter.com.ar/tallerliterario.html

Comunicarse a estos teléfonos: 4896 0140 / 4205 4284.

O a la siguiente dirección:
niusleter@niusleter.com.ar


MUSEOS

NACIONAL DE BELLAS ARTES, Av. Del Libertador 1473, Tel: 4893-0802 http://www.mnba.org.ar/
DE ARTE LATINOAMERICANO DE BUENOS AIRES, Av. Figueroa Alcorta 3415, 4808 6500
http://www.malba.org.ar
ARGENTINO DE CIENCIAS NATURALES "B. RIVADAVIA", Ángel Gallardo 470, Tel: 4982-5243
DE LA CASA DE GOBIERNO, H. Yrigoyen 219, Tel: 4344-3802
DE BELLAS ARTES "B. QUINQUELA MARTÍN", Av. Pedro de Mendoza 1835, Tel: 4301-1080
DE ARTES PLÁSTICAS "EDUARDO SÍVORI", Av. Infanta Isabel 555, Tel: 4774-9452
DE ESCULTURAS "LUIS PERLOTTI", Pujol 644, Tel: 4431-2825
HISTÓRICO "CORNELIO SAAVEDRA", Crisólogo Larralde 6309, Tel: 4752-0740
MUSEOS DE ARTE DECORATIVO Y DE ARTE ORIENTAL, Av. del Libertador 1902, Tel: 4802-6606 / 4801-5988

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SUSCRIPCIONES

Si no desea recibir Ñusleter envíenos un mensaje electrónico con asunto "Ya Estoy Harto" a niusleter@niusleter.com.ar

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DEFINICIÓN

QUEMO: Vergüenza, algo que afecta el prestigio y el snobismo de una persona. "Se deja ver con ese librito de reproducciones de Picasso y de Braque. Es un quemo". (I. Astul, Volvamos a Lessing, Azul, 1971)

Sacado del Diccionario del Argentino Exquisito, de Adolfo Bioy Casares.


ENLACES

Página de la CIA con información exhaustiva sobre casi todos los países del mundo:
http://www.odci.gov/cia/publications/factbook/index.html

Fina página inglesa de música (audios, anticipos, entrevistas):
http://www.nme.com/

Versión virtual del revistín poético con forma de booklet:
http://www.amigosdeloajeno.org


AGRADECIMIENTOS:

Mariano Valcarce, Soporte Técnico
A todos aquellos que nos hacen llegar su cariño
A todos aquellos que nos manifiestan su estimulante odio
A todos aquellos que tienen la gentileza de hacer llegar este mensaje a los suyos.

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