# 28
-corchazo de literatura-
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"Bien sabes ya que estos días de Navidad y Año Nuevo que tanta alegría
despiertan en toda la gente, a mí siempre me arrebatan de mi tranquilo refugio
arrojándome a un mar agitado y tumultuoso." E. T. A. Hoffmann
PROSA |
El candelabro de plata
|
Abelardo Castillo |
ETIMOLOGÍA |
Brindis |
SE NECESITA...
OPINIÓN | Fiesta de fiesta
|
ENCUESTA
TALLER LITERARIO | Verano |
CUALQUIERA | Dos navidades punk |
GRAFFITTI
POEMAS |
Navidad en el Hudson | Federico
García Lorca | ¿Dónde están los poetas de la guerra? |
Cecil Day Lewis |
RESPUESTAS
AGRADECIMIENTOS
SUSCRIPCIONES
El candelabro de plata
Todo empezó esta misma tarde, es decir: la tarde de ayer, puesto que ahora deben
ser las tres o las cuatro de la mañana. Madrugada del 25 de diciembre de 1956.
Navidad. Sobre la mesa, todavía quedan restos de la insólita fiesta. El
candelabro de plata –más anacrónico que nunca en medio de la suciedad y la
pobreza que lo rodea– parece ocuparlo todo ahora. Nunca he comprendido por qué
este candelabro no ha ido a parar, como las otras pocas cosas heredadas de mi
padre, al Banco de Empeño, o al cambalache. En esto, pienso, se parece a la
conciencia. Creo que ya nunca voy a poder desprenderme de él.
Digo que empezó a la tarde. Vagabundeaba yo por los zaguanes
más sórdidos del Dock, cuando, al escuchar unos gritos y risas que venían de un
cafetín de los muelles, reparé en la fecha. Paradójicamente, me vi en el viejo
parque de nuestra casa. Las luces, las esferas de colores: recordé todo eso,
recordé el portalito que yo mismo, mezclando hasta el absurdo ríos azules y
arpilleras nevadas, construía todos los años en mitad del jardín (me acuerdo
ahora del Dios-Niño, siempre espantosamente grande en relación a su divina
madre, como justificando al fin lo milagroso del alumbramiento), y sentí un asco
tan profundo por mi vida que –como quien se lava– decidí celebrar mi propia
Nochebuena.
La idea parecerá trivial, pero a mi me apasionó y, antes de
las diez, también había fiesta en este innoble agujero donde vivo. Con orgullo
pueril, de chico, me senté a contemplar el espectáculo. El candelabro labrado,
en el centro de la mesa, parecía irradiar su antigua nobleza hacia todos los
rincones. Al principio me sentí bien: era una sensación extraña, como de paz –un
gran sosiego–, pero poco a poco empecé a preocuparme. Qué significaba todo esto,
para qué lo había hecho: para quién; podría jurar que en ese preciso instante
supe que estaba solo. Y por primera vez en muchos años necesité, imperiosamente,
de alguien. Una mujer. No. Rechacé la idea con repulsión. Hubo una sola capaz de
ser insustituible (capaz de no ser insoportable) y esa no vendría ya. Nunca
vendría.
Entonces recordé al viejo checoslovaco.
Lo había visto muchas veces en uno de esos torvos cafés del
puerto que suelo frecuentar cuando, embrutecido de ginebra, quiero divertirme
con la degradación de los demás, y con la mía. Pobre viejo: semioculto en un
recoveco, siempre igual, como si formase parte de la imagen infame de la
cantina, fumando su pipa, mirando fijamente un vaso de bebida turbia. Nunca
habíamos hablado. Jamás lo hago con nadie –llego y me emborracho solo, a veces
también escribo alguna cosa absurda que después arrojo al primer tacho de
basuras que encuentro a mi paso–; pero yo sabía que él me miraba. Era como si
una ligazón muda, un vínculo invisible y misterioso, nos uniera de algún modo.
Al menos, teníamos una cosa en común, dos cosas: la soledad y el fracaso. El
viejo checoslovaco; ése era el hombre que yo necesitaba.
Cuando llegue frente a la roñosa vidriera del negocio, lo vi.
Ahí estaba, tal como lo había supuesto. Una atmósfera desacostumbrada rodeaba al
viejo –también allí se regocija uno de que nazca Dios, de que venga y vea cómo
es esto–: una mujer pintarrejeada se le acercó y, riendo, le dijo alguna cosa;
él no pareció darse cuenta. Sí, ése era mi hombre. Me abrí paso entre las
parejas. Enormes marineros de ropas mugrientas, abrazaban a mujerzuelas que se
les echaban encima y reían. Alguna de ellas, dijo: ''¿Quién te creés vos que
soy?" y, adornando con un insulto bestial, le respondieron quien se creían que
era. No podía soportar aquello: por lo menos, no esta noche; pensé que si me
quedaba un solo segundo más iba a vomitar, o a golpear a alguien o a llorar a
gritos, no sé. Llegué hasta el viejo y lo tomé del brazo:
–Te venís conmigo –le dije.
Mi voz debe de haber sido insólita, el hombre alzó los ojos,
unos ojos celestes, clarísimos, y balbuceó:
– ¿Qué dice usted, señor? ...
– Que ahora mismo te venís conmigo, a mi casa, a pasar una
Nochebuena decente.
– Pero, ¿cómo, yo... con usted? . . .
Casi a rastras lo saqué de allí. Nadie, sin embargo, nos
prestó atención. [...]
Abelardo Castillo nació en 1935
en San Pedro (Pcia. de Buenos Aires). De muchacho, fundó, dirigió y participó en
tres revistas literarias de relevancia: El escarabajo de oro, El
ornitorrinco y El grillo de papel. Publicó varios volúmenes de
relatos: entre ellos, Cuentos crueles y Las otras puertas.
También novelas (Crónica de un iniciado, El evangelio según Van
Hutten), obras de teatro (Israfel, El otro Judas) y
ensayos (Las palabras y los días). Fue boxeador.
BRINDIS, 1609. De la frase alemana ich bring dir's 'te lo ofrezco' (propiamente 'te lo traigo'), que solía pronunciarse al brindar.
DERIV. Brindar 'manifestar el bien que se desea a la persona con quien se bebe', 1592: 'ofrecer algo voluntariamente', principios del siglo SVII.
SE NECESITA...
Buenos deseos y graffitti asombrosos. Gracias. Lo mismo para usted:
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Fiesta de fiesta
Al Este del Este se encuentra mi tierra: Laguna Entrecerrada. De una punta a
otra punta cualquiera, el pueblo mide cinco horas de caminata sombreada de
arboledas. Lo rodean la costa verde, al amanecer; a Norte y Sur, dos cerros
petisos: Ahisito y Arribita; al Oeste, un camino donde el Sol se pone
polvoriento y colorado. Separada del mar por un pasillo de piedra se encuentra
la "Laguna" que es de agua dulce y salada (y es por eso que al monstruo que
habita en el fondo le decimos Agridulzón, y de agresivo no tiene nada, a menos
que se lo ofenda, o que no se lo adore en el supuesto aniversario de su
nacimiento. Una vez un antropólogo pescador lo acusó de mítico y nuestro
monstruo le dio vuelta el bote, y estamos orgullosos).
Somos una pequeña multitud que nos conocemos hasta los ronquidos y las lagañas.
Andamos despacio, hablamos pausado, hacemos las cosas sin prisa, y a tiempo;
tenemos una gran simpatía por el cuchicheo, y una insospechada habilidad para el
disimulo. Pero lo que nos distingue es un formidable fanatismo por la farra y la
jarana: en verdad, es maravilloso ¡cómo nos gusta la joda! Baste con decir que
tenemos más fiestas que días en el almanaque.
(Hace un tiempo el consejo de sabios ancianos dibujó un
calendario que disponía un día sin fiesta por mes, menos febrero que no
festejaba solamente en bisiestos; pero los muchachones rebeldes inventaron el
Festival Abúlico, el Festín de la Gran Resaca y la Celebración del Descanso; en
esas fechas se forman grandes rondas silenciosas y se miran las caras de tedio
hasta emborracharse de aburrimiento, o se intercambian hastiados bostezos
durante horas; el último año no fue mucha la concurrencia).
Por excesivos, abolimos casi todos los cumpleaños (ahora se
festejan en secreto). Y por desusados se abandonaron los relojes, y el Sol nos
acompasa mañanas y tardes, y la luna y nuestras luces, nuestras exaltadas noches
alegres.
Las mañanas empiezan con coros de gallos jocosos ni bien el
Sol le saca la oscuridad al horizonte. Los muchachos ordeñan vacas, las niñas
amasan pan, los labradores atienden los cultivos y los pastores el ganado, los
pescadores se largan en sus botes, barrenderos y funebreros juntan los restos de
las fiestas, las costureras hacen disfraces, los haraganes vagan, los músicos
ensayan con tambores, guitarras y vientos, y el aire ya se va poniendo alegre de
temprano. Después de comer y beber el almuerzo ya se
vive un clima festivo tan intenso que la gente se olvida de enojarse.
El atardecer es pura charla dicharachera y brindis y canción,
y las noches, uy, las noches son escándalos de color y bullicio y, sobre todo,
son impredecibles.
Hay dos tipos de fiestas. Entre las fiestas menores
sobresalen la De los Árboles (que se los riega con vino), la Del Arroyo (que se
le echa vino y grapa), la De los Perros (que se les juega), Del Camino Largo
(que se lo anda zigzagueando), De los Pescados (que se comen), De las Piedras de
Colores (que se enseña a los niños la gomera), y las de los Santos Poco
Milagrosos (que defraudan).
Las fiestas mayores son el Carnaval (que dura tres meses), la
Fiesta De Arribita (que se va a la cumbre y se hacen fogatas y se canta y bebe y
baila), la De Ahisito (como Arribita pero Ahisito), la De la Laguna (que se le
echa vino y caña), la De Laguna Entrecerrada (también), la De los Muertos (que
se le llevan colores al cementerio, y se brinda con los finados), la Del
Cumpleaños del Agridulzón (que se le echa vino y caña y grapa y limón y
mandarina), la De la Caña (que se bebe), la De la Grapa (que se sigue bebiendo),
la Del Vino (qué rico), la Del Mar (que se canta y se baila en el agua, y se le
echa un poco de vino), la De los Espíritus del Aire (que se echa humo), la Del
Apetito (que se vomita), la De la Fertilidad (que se coge a lo bruto), las De
los Santos De Verdad (que se agradece, y se les convidan licores), las de cada
cosecha, las de cada oficio, y tantas, tantas otras más donde también, más o
menos con la misma algarabía, y los mismos excesos, se hacen sacrificios, se
disfraza, se come, se bebe, se embriaga, se canta y se baila y se canta y se
baila, y se encuentra el amanecer donde se puede.
Vivimos contentos por, para, y de, la fiesta. Y en fiesta
constante. Y eso es lo que festejamos la Fiesta de Fiesta, el último día de cada
año y el primero del año siguiente.
Y ¡Felicidades!, pues, que hoy también es fiesta.
Saludos de Don Chocho.
1- Diga
cuatro palabras que signifiquen para usted las fiestas:
un sustantivo:
un adverbio:
un verbo:
un adjetivo:
2- Los Reyes, ¿son los padres? ¿Cómo se resuelve el
asunto de Jesús?
3- Supongamos que Papá Noel sufre una lesión, que lo deja postrado en la cama.
¿A quién designaría como su reemplazante?
Envíe sus respuestas a: niusleter@niusleter.com.ar
- Después de Reyes habrá el abismo. Nos va a tomar en plena embriaguez. ¿Tendremos reflejos para agarrarnos de la cola del dragón?
Regálese Taller Literario. Encuentros semanales de lectura y escritura.
Coordinan: Fernando Aíta y Alejandro Güerri
Para más información, comunicarse al 4896-0140 o al 4205-4284.
También a las siguientes direcciones:
niusleter@niusleter.com.ar
CUALQUIERA | Dos Navidades punk |
Papá llegó borracho
¡Felices navidades para todo el mundo! / Papá llegó borracho, como de costumbre: / Año nuevo, vida nueva./ Año nuevo, impuesto nuevo./ Navidad, Navidad, / Dulce Navidad.// ¡Felices navidades!/ El diario me regala/ nuevas atrocidades, como de costumbre./ Año nuevo, sin champagne,/ sin pan dulce, sin caviar./ Navidad, Navidad,/ dulce Navidad.// Sólo quiero saber/ ¿cuál es mi porvenir/ y cuántas navidades/ van a ser así?// ¡Felices navidades para el recién nacido!/ Nuevas mentes sanas/ para un mundo podrido./ Año nuevo ¿que vendrá?/ Año nuevo, ¿que será?/ Navidad, Navidad, / dulce Navidad.
Attaque 77 incluyó
esta canción en su primer disco, titulado Dulce Navidad (1989).
Papá Noel, hijo de puta
Papá Noel, hijo de puta,/ rechaza a los miserables./Yo quiero matarlo/ a ese cerdo capitalista.// Regalos a los ricos,/ bosta a los pobres./ Regalos a los ricos,/ bosta a los pobres.// Vamos a secuestrarlo/ y vamos a matarlo:/ ¿por qué?/ Acá no existe la Navidad,/ acá no existe la Navidad:/ ¿por qué?// Papá Noel, hijo de puta,/ rechaza a los miserables./ Yo quiero matarlo/ a ese cerdo capitalista.
Garotos podres es un grupo punk oriundo de San Pablo. Se formaron en 1982. El tema transcripto pertenece a Mais podres do que nunca (1984), primer disco de la banda.
Si un corcho de champán justiciero le saca los ojos a un gobernante desgraciado, tal vez le justifique la ceguera. Punk no muerto.
"Lucía: El todavía kioskero no te olvida". Leído en Freire y Zabala (Colegiales).
"¿Qué mirás, gil?". Mirado en La Pampa y Av. Libertador (Belgrano Chino).
Navidad en el Hudson
¡Esa
esponja gris!
Ese marinero recién degollado.
Ese río grande.
Esa brisa de límites oscuros.
Ese filo, amor, ese filo.
Estaban los cuatro marineros luchando con el mundo.
Con el mundo de aristas que ven todos los ojos.
Con el mundo que no se puede recorrer sin caballos.
Estaba uno, cien, mil marineros
luchando con el mundo de las agudas velocidades,
sin enterarse de que el mundo
estaba solo por el cielo.
El
mundo solo por el cielo solo.
Son las colinas de martillos y el triunfo de la hierba espesa.
Son los vivísimos hormigueros y las monedas en el fango.
El mundo solo por el cielo solo
y el aire a la salida de todas las aldeas.
Cantaba la lombriz el terror de la rueda
y el marinero degollado
cantaba al oso de agua que lo había de estrechar
y todos cantaban aleluya-
aleluya. Cielo desierto.
Es lo mismo ¡lo mismo! aleluya.
He
pasado toda la noche en los andamios de los arrabales
dejándome la sangre por la escayola de los proyectos,
ayudando a los marineros a recoger las velas desgarradas
y estoy con las manos vacías en el rumor de la desembocadura.
No importa que cada minuto
un niño nuevo agite sus ramitos de venas
ni que el parto de una víbora, desatado bajo las ramas,
calme la sed de sangre de los que miran el desnudo.
Lo que importa es esto: hueco. Mundo solo. Desembocadura.
Alba no. Fábula inerte.
Sólo esto: Desembocadura.
¡Oh esponja mía gris!
¡Oh cuello mío recién degollado!
¡Oh río grande mío!
¡Oh brisa mía de límites que no son míos!
¡Oh filo de mi amor! ¡Oh hiriente filo!
Federico García Lorca nació en
Granada (España) en 1898. Allí estudió música. Igualmente conocido como poeta y
dramaturgo, publicó los siguientes libros: Libro de poemas (1921), Primer
romancero gitano (1928), Poema del cante jondo (1931), Llanto por Ignacio
Sánchez Mejías (1935) y los póstumos Poeta en Nueva York (1940) y Diván del
Tamarit. En teatro, sus obras más recordadas son: La zapatera prodigiosa, Doña
Rosita la soltera, La casa de Bernarda Alba y Mariana Pineda. Fue muerto a manos
del franquismo en 1936, durante la Guerra Civil Española.
¿Dónde están los poetas de la guerra?
Aquellos que por tontería o mera gula
Esclavizaron religiones, mercados, leyes,
Ahora toman nuestro lenguaje y nos invitan
A alzar la voz por la causa de la libertad.
Es
la lógica de nuestros tiempos,
Ningún tema para verso inmortal-
Que nosotros que vivimos por sueños honrados,
Defendamos lo malo en contra de lo peor.
Cecil Day Lewis
nació en 1904 en Irlanda y murió en Hertfordshire en 1972. Su primer libro de
poemas apareció en 1925. En los treinta, donde editaba una revista y luego
enseñaría poesía en la universidad, fue parte del llamado Grupo de Oxford junto
a W. H. Auden, L. MacNiece, S. Spender con quienes compartían, entre otras
cosas, vivo interés en temas sociales y simpatía por los republicanos españoles.
Publicó De plumas a hierro (1932) y Collected poems (1935). A
mediados de los treinta comenzó a escribir las historias de detectives de Nigel
Strangeways bajo el seudónimo de Nicholas Blake. En 1968 fue nombrado poeta
oficial. Escribió numerosos libros de poemas reunidos en colecciones. Fue
también ensayista, traductor, escribió teatro, y su hijo Daniel mereció un
Oscar.
1- ¿Qué libros se llevaría a una isla, por más que no esté desierta?
a) Una biblia, para no leerla. b) "Arte y Poesía" de
Heiddegger, para no entenderlo. c) Un Notebook, para seguir recibiendo
Niusleter.
2- ¿En qué hábitat natural podría ser un buen salvaje?
f- otros: ¿San Juan y Saenz Peña, en Constitución?
3- ¿Qué le resulta imprescindible? Sin exagerar y
concisamente.
a) Serenito de Vainilla con Dulce de Leche. b) Aceite de Oliva para la ensalada,
y vino tinto con cubitos. c) Hojas en blanco. d) Escuchar mi voz silenciosa
mientras leo, como y dibujo.
Carlos Carpintero
1- ¿Qué isla se llevaría a un libro, que no esté desierto?
2- ¿Qué buen salvaje podría ser un buen hábitat natural? a- a mar de la orilla
v- la selva En. v- en coníferas de bosques u- montaña enlada e- un llano
arbolado en: l- : otros.
3- ¿Qué le resulta Sin exagerar y concisamente. Imprescindible?
4- ¿En qué potencialidades desarrollar todas sus convertencias?
Diana Cegelnicki
1- ¿Qué cosas le dan miedito? ¿Cuál fue el peor julepe de su vida?
Me da miedo la paralisis de la gente. Un robo en madrid,
donde me amenazaron con una jeringa.
María Eugenia
La muerte sin
sentido y vivir en la excusa.
El que tuve en un sueño.
Fernando Chamorro
Colmaremos de regalos tu pesebre, Mariano Valcarce, Soporte Técnico.
Diana Aisenberg, Perla Rotzait, Carlos Barbarito, Ezequiel Chaio.
Diana Cegelnicki, Susana Szwarc, Juan Manuel, Lisandro Grañé, Reynaldo Jiménez,
Gustavo Zanella.
Daro Cánovas, Fernando Chamorro.
A todos los agradecidos de todo el año.
A quienes nos hicieron famosos y millonarios reenviando estos mensajes a sus
amigos.
Que se la pasen divino.
Reciban un abrazo electrónico de quienes hacen Ñusleter.
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