Ñ u s l e t e r


#17

-mensaje ciudadano de literatura-

 

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"A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires: / la juzgo tan eterna como el agua y el aire." Jorge Luis Borges


ÍNDICE

PROSA | Vendedores de menudencias | Ezequiel Martínez Estrada |
DEFINICIÓN | Estar en Pampa y La Vía |
ETIMOLOGÍA | Vereda |
POEMAS | Versos a la tristeza de Buenos Aires | Cuadrados y ángulos | Alfonsina Storni |
SE NECESITA...
TALLER LITERARIO
GRAFFITTI | Hablan las paredes | Eduardo Galeano |
TURISMO | Ciudad |
CUALQUIERA | Proyecto de Reglamento para los Serenos de Buenos Aires |
ENLACES | Cine | Biografías |
AGRADECIMIENTOS
SUSCRIPCIONES


PROSA

Vendedores de menudencias

    Entre el negocio establecido en un local y el vendedor ambulante, a igual distancia, está el kiosco. Existe en la calle y se piensa en aquellos dueños de tienda, de quienes Lucio V. López recuerda que a las tardes salían a sentarse en la vereda. Pueden ser los mismos a quienes el comercio se les ha adherido por falta de ejercicio. Todo comerciante lleva consigo un poco de lo que vende. Los que viven en el quiosco están apresados por esa cobertura crustácea del comerciante.
    En el quiosco se vende variedad de artículos para la calle: cigarrillos, pastillas, revistas y periódicos, libros para leer en el tranvía o en el tren. Surte a sus clientes sin detenerlos casi, como el canillita, si bien es todo lo contrario, pues el quiosco es inmovilidad y el canillita movimiento. De la circunstancia de estar instalado en lugares de tránsito, tiene todas las características de los negocios portátiles y son las antiguas bandolas a las que se les fue la recova. Su remedo perfecto es el paralítico que ofrece cualquier mercadería menuda.
    En los quioscos se vende lotería sin terminación y cigarrillos con grandes premios. Lo simétricamente contrario a ellos son los negocios instalados en los zaguanes, pues también ése es un lugar de la calle dentro de la casa. Ambos han convertido en vidriera todo su stock. Y en esto aventajan a todos aquellos comercios de cigarrillos y pastillas que viven como parásitos intestinales enquistados en las vidrieras de los cafés. El quiosco está doblado hacia afuera y tiene las paredes al exterior; el zaguán está doblado hacia adentro. Al quiosco lo rodea la calle y al zaguán el comedor y el dormitorio.
    El vendedor ambulante ha juntado dos cosas: el negocio y el transeúnte. Lo más lógico de un comercio de esta clase es el vendedor de chocolatines que termina comiéndoselos. Pues si el quiosco se ingurgita al comerciante y lo incuba, el vendedor que se come la mercadería procede al revés.
    Más abajo siguen todavía los que venden lápices o fósforos. No se atreven a pedir limosna y lo hacen así. Pero la gente tiene duro el corazón y procede sobre un supuesto de franqueza y buena fe que exige que le pidan, y no que simulen venderles lo que no necesitan, aunque sea por unas monedas que tampoco necesitan. Lápices y fósforos son un antifaz, y nadie está obligado a dejarse engañar. Al pobre comerciante que no se atreve a ser franco ni a proceder sobre un supuesto de franqueza y buena fe, le sirve de andador su caja, hasta que aprende a marchar sin necesidad de ese adminículo y se acostumbra a tender la mano sin lápices. Lo que entonces vende es una mercadería inferior al trabajo, que es el cuerpo como herramienta: vende la ancianidad, la orfandad, la viudez y otros muchos retazos y migajas de la vida.

Ezequiel Martínez Estrada nació en Santa Fe en 1895. Fue profesor universitario en Argentina y México. Escribió varios volúmenes de versos (Oro y piedra, Motivos del cielo, Argentina, Humoresca, entre otros) pero se lo recuerda como ensayista por libros como Radiografía de la Pampa, Sarmiento, Muerte y transfiguración del Martín Fierro, y sobre todo por La cabeza de Goliat, Microscopía de Buenos Aires (del cual citamos el texto anterior). Tuvo una visión melancólica, y un ojo clínico. Leopoldo Lugones le confió que estaba de acuerdo con él, pero que hay cosas que no deben decirse porque pueden desalentar a la gente (cuenta Borges). Murió en Bahía Blanca en 1964.

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DEFINICIÓN

Estar en Pampa y La Vía: A los burreros que salían del Hipódromo Nacional -situado en otros tiempos donde se alza hoy el estadio de River Plate- se les ofrecía la oportunidad de viajar gratis en un tranvía que desde allí los llevaba muy cerca del cruce de la calle Pampa con las vías del actual Ferrocarril Belgrano. A partir de ese lugar, bastante inhóspito entonces, quienes habían perdido hasta su último centavo quedaban librados a su destino. Había que continuar como se podía. "Quedarse en Pampa y la vía" ha perdido hoy su sentido exclusivamente turfístico. Abarca cualquier empresa que nos deja sin dinero. Inexorablemente. Con el presupuesto a la intemperie.

Del inagotable Tres mil historias de frases y palabras que decimos a cada rato, Héctor Zimmerman, Aguilar, Buenos Aires, 1999.


ETIMOLOGÍA

VEREDA 'camino viejo y angosto', 1335; primeramente 'orden que se despacha a un número determinado de lugares que están en un mismo camino', 1170 (y quizás 1095), 'vía tradicional de los ganados trashumantes', 757. Del bajo latín VEREDA ídem, que es derivado del latín VEREDUS 'caballo de posta' y de VEREDARIUS 'correo o mensajero del Estado'. Del mismo origen el portugués antiguo verea 'vereda, camino', 1258, catalán vereda 'orden, etc', y con este sentido primitivo pasó el vocablo a América, pues hoy en Colombia designa cada uno de esos lugares cuando están lejos de la cabeza de distrito. La acepción 'acera de la calle', es sólo de la América austral y se explica partiendo de la idea de 'sendero', por las calles cenagosas de los pueblos de la Pampa colonial, donde sólo quedaba estrecho paso junto a las casas.


POEMAS

Versos a la tristeza de Buenos Aires

Tristes calles derechas, agrisadas e iguales,
por donde asoma a veces un pedazo de cielo.
Sus fachadas oscuras y el asfalto del suelo,
me apagaron los tibios sueños primaverales.

Cuánto vagué por ellas, distraída, empapada
en el vaho grisáceo, lento que las decora.
De su monotonía mi alma padece ahora.
-¡Alfonsina!- No llames. Ya no respondo a nada.

Si en una de tus casas, Buenos Aires, me muero.
Viendo en días de otoño tu cielo prisionero.
No me será sorpresa la lápida pesada.

Que entre tus calles rectas, untadas de su río
apagado, brumoso, desolante y sombrío.
Cuando vagué por ellas, ya estaba yo enterrada.


Cuadrados y ángulos

Casas enfiladas, casas enfiladas,
Casas enfiladas.
Cuadrados, cuadrados, cuadrados.
Casas enfiladas.
Las gentes ya tienen el alma cuadrada,
Ideas en fila,
Y ángulo en la espalda.
Yo misma he vertido ayer una lágrima,
Dios mío, cuadrada.


Alfonsina Storni
nació en 1892 en Sala Capriasca (Suiza) y se quitó la vida en Mar del Plata en 1938. Allí, a orillas del mar, le rinde tributo un monumento. Vino a la Argentina para quedarse en 1896. Se la conoce como poeta pero ejerció el periodismo y escribió también obras de teatro. Entre su producción, cabe mencionar los poemarios El dulce daño, Irremediablemente, Languidez, Ocre, Mundo de siete pozos, Mascarilla y trébol así como su libro en prosa Desovillando la raíz porteña, en homenaje a Buenos Aires (en otro poema escribió: "Buenos Aires es un hombre / Que tiene grandes las piernas, / Grandes los pies y los manos / Y pequeña la cabeza"), y las piezas teatrales El amo del mundo y Dos farsas pirotécnicas. Su estilo literario viró del romanticismo inicial a una intención renovadora, plasmada en sus últimas poesías.

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SE NECESITA...

Mesa de billar-gol. Aceptamos donaciones, o datos sobre dónde practicar:
niusleter@niusleter.com.ar


TALLER LITERARIO

Encuentros semanales de lectura y escritura. 

Coordinan: Alejandro Güerri - Fernando Aíta.

Algunos motivos para asistir, o no, a los talleres: http://www.niusleter.com.ar/taller.htm

Comunicarse a estos teléfonos: 4896-0140 / 4205-4284.
O a las siguientes direcciones:
niusleter@niusleter.com.ar


GRAFFITTI | Hablan las paredes |

    Según el diccionario de la Real Academia Española, las frases que manos anónimas escriben en las paredes de las ciudades se llaman grafitos y "son de carácter popular y ocasional, sin trascendencia".
    Alguna trascendencia les reconoció, en cambio, Rudolph Giuliani. En años recientes, cuando el alcalde emprendió su cruzada contra el hampa en Nueva York, condenó a los peligrosos autores de palabras y dibujitos, porque "ensuciando las paredes revelan una conducta protocriminal". En cambio, se supone, revelan una irreprochable conducta las empresas que cubren las ciudades con anuncios de publicidad descaradamente mentirosos.
    Las paredes, me parece, opinan otra cosa. Ellas no siempre se sienten violadas por las manos que las escriben o dibujan. En muchos casos, están agradecidas. Gracias a esos mensajes, ellas hablan y se divierten. Bostezan de aburrimiento las ciudades intactas, que no han sido garabateadas por nadie en los poquitos espacios no usurpados por las ofertas comerciales.
    Somos muchos los lectores al paso. Y diga lo que diga la respetable Academia, somos muchos los que cada día comprobamos que las anónimas inscripciones trascienden a sus autores. Alguien, quién sabe quién, desahoga su bronca personal, o transmite alguna idea que le ha visitado la cabeza, o se saca las ganas de tomarse el pelo o tomar el pelo a los demás: a veces ese alguien está siendo mano de muchos. A veces ese alguien está oficiando de intérprete de los sentires colectivos, aunque no lo sepa ni lo quiera.
    Aquí va una breve recopilación, dividida por temas, de algunas frases que he leído últimamente en diversas ciudades: en las paredes que vienen a ser algo así como las imprentas más democráticas de todas.

Tiempos Modernos
"Si la cárcel está llena de inocentes, ¿dónde están los delincuentes?"
"Oculté tan bien lo que pensaba que ya no lo recuerdo."
"Tanta lluvia y tan poco arco iris."
"¿Y si hay guerra y no va nadie?"

Preguntas
"Vivir solo, ¿es tan posible como vivir acompañado?"
"Los mudos, ¿practican el sexo oral?"
"¿El amor muere o cambia de domicilio?"
"Un parto en la calle, ¿es alumbrado público?"

De ellas sobre ellos
"El 99 por ciento de los hombres da mala reputación al resto"
"¿Que hacen las mujeres antes de encontrar al hombre de sus sueños? Se casan y tienen hijos."
"Detrás de toda mujer feliz hay un machista abandonado."

De ellos sobre ellas
"Cada día mueren dieciocho mil mujeres, y a la mía ni le duele la cabeza."
"Si se callaran un momento podría decirles cuánto las amo."
"Cuando no te lo cobran, te lo hacen pagar."

La tercera vía
"Somos así porque nos gusta, aunque no les guste."
"Lo único contra natura es el voto de castidad."
"Si Dios me hizo así, Dios es gay."

Todos
"Te amo y no puedo parar."

Morir
"La muerte es un mal hereditario."
"La muerte siempre gana, pero te da una vida de ventaja."
"No te preocupes tanto por la vida, porque no saldrás vivo de ella."
"Todos los dioses fueron inmortales."

Zig y zag
"La calle Después lleva a la plaza Nunca."
"Soñé que tenía insomnio."
"Yo camino con ojos en los pies."

Eduardo Galeano, publicado en la revista Brecha el 27 de julio de 2001.

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TURISMO | Ciudad |

En portugués: cidade
En francés: cité
En inglés: city
En alemán: stadt
En guaraní: táva
En danés: by
En islandés: borg
En sueco: stad
En yiddish: shtot
En latín: civitas, urbs
En esperanto: urbo
En italiano: città


CUALQUIERA

Serenos. -Obligaciones que deben llenar:

Art. 3: Su sueldo será mensualmente de 100 pesos, y cinco se le abonarán por la luz del farol, siendo de su cuenta la conservación y entretenimiento de éste, así como de la pistola y demás útiles que se le entreguen.

Art. 5: El servicio principiará en primavera y otoño á las 10 de la noche, á las 11 en verano y á las 9 en invierno, concluyendo al cañonazo del alba.

Art. 6: Desde la hora dicha principiará á rondar el distrito que se le señala con marcha pausada sin detenerse a conversar en pulperías, casa o persona alguna, y sólo hará alto en las bocacalles, no escediendo éste de un cuarto de hora.

Art. 7: Será su obligación primaria celar y vigilar el distrito que se le confíe, por ambas veredas de la calle, cuidando que su farol no se apague mientras dure su servicio.

Art. 9: Cada media hora que suena la campana del reloj de la Casa de Justicia, cantará la hora y el tiempo que haga.

Art. 17: Siempre que encuentre algún ebrio que pueda andar, será conducido de Sereno en Sereno á la Casa Central de Policía.

Art. 18: Observará á toda persona o personas que se hagan sospechosas, ya sea por la posición en que se hallen ó la repetición de sus marchas; la interrogará, y no satisfecho, la conducirá de Sereno en Sereno á la Policía, comunicándose á los Serenos el motivo de su detención para dar el parte.

Art. 19: Siempre que un Sereno tenga que interrogar á alguna persona, lo hará con expresiones urbanas y no usará jamás de la fuerza, sino cuando la circunstancia de defenderse lo exija, pues las armas que se le confían sólo servirán para protejer su persona y la de los que auxilie, recomendándole muy especialmente que cuando usare de ellas, tendrá que probar haber sido atacado.

Art. 20: Es escepción del artículo anterior, la circunstancia de que un hombre en fuga precipitada no obedezca la voz del Sereno, pues en este caso podrá usar las armas con la prudencia posible.

Art. 24: En el mero hecho de hacerse un robo en el distrito de un Sereno, será suspendido de su empleo hasta que se averigue el hecho y justifique no haber podido evitarlo.

Art. 26: Si el robo se hubiere hecho violentando una puerta, el cargo se hará al Sereno que corresponda.

Francisco L. Romay, Proyecto de Reglamento para los serenos de Buenos Aires, 1834.
En Buenos Aires de la fundación a la angustia, Ediciones de la Flor, Bs. As., 1967.

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ENLACES

Página sobre cine:
http://www.filmsite.org

Para encontrar datos de la vida de:
http://buscabiografias.com/


AGRADECIMIENTOS:

¿Dónde podemos conseguir un póster tuyo, Mariano Valcarce, Soporte Técnico?
Gracias a nosotros, que nos damos este gusto.
A quienes asimismo gustan de Ñusleter.
A quienes lo dan a probar.


SUSCRIPCIONES

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